La capital mexicana regresa a disponer de una cancha de juego de pelota mesoamericano, más de 500 años después, varias personas se quitaron la camiseta y los zapatos, para vestirse con ropajes tradicionales mientras sostienen un balón de caucho.
“Es muy importante porque es una zona muy conflictiva y les estamos dando una alternativa de vida y algo diferente para que los vecinos tengan esperanza”, cuenta a Efe Juan, coordinador del proyecto Xochikalli.
La cancha es una réplica de las ancestrales canchas de juego de pelota, con dos muros coronados con los tradicionales aros de piedra.