El panorama laboral para los jóvenes de entre 15 y 24 años ha mostrado una mejora notable desde los tiempos difíciles de la pandemia de la covid-19. La tasa de desempleo global en este grupo se sitúa en un 13 %, la cifra más baja registrada en los últimos quince años, según un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este avance, sin embargo, no ha sido uniforme en todo el mundo, ni ha beneficiado a todos por igual.
Un Progreso con Desigualdades
A pesar de la reducción en las tasas de desempleo juvenil, el informe de la OIT destaca preocupantes desigualdades, especialmente en términos de género y regiones. Las mujeres jóvenes, por ejemplo, han enfrentado un impacto desproporcionado debido a la pandemia, y la recuperación del empleo ha sido menos favorable para ellas que para los hombres. En 2023, la tasa global de mujeres jóvenes que ni trabajan, ni estudian, ni reciben formación (conocidas como “ninis”) duplicó la de los hombres jóvenes, alcanzando el 28,1 % frente al 13,1 %.
Además, mientras algunas regiones experimentan pleno empleo juvenil, otras todavía luchan por recuperarse. Este desequilibrio genera una creciente ansiedad entre los jóvenes que sienten que el mercado laboral los excluye, limitando sus oportunidades de acceso a empleos decentes.
La Amenaza de la Tecnología
El informe de la OIT también aborda el impacto de la robótica, la automatización y la inteligencia artificial en el mercado laboral juvenil. Con dos de cada tres jóvenes temiendo perder su empleo debido a los avances tecnológicos, la preocupación por el futuro es palpable. Muchos jóvenes se encuentran con cualificaciones para trabajos que están desapareciendo, lo que prolonga su búsqueda de empleo y aumenta el riesgo de desesperación.
En este contexto, África es la región donde los jóvenes están más preocupados por la estabilidad laboral en los próximos seis meses, con un 35 % que se declara “extremadamente” o “muy preocupado”, seguida del mundo árabe (31 %), las Américas (25 %), Asia y el Pacífico (23 %), y Europa y Asia Central (18 %).
¿Hacia Dónde Vamos?
A pesar de los desafíos, la OIT proyecta una disminución gradual en la tasa global de desempleo juvenil, que podría alcanzar el 12,8 % en los próximos dos años. Sin embargo, el camino hacia una recuperación inclusiva y equitativa es largo, y se requiere un enfoque global para abordar las desigualdades de género y regionales, así como las amenazas emergentes de la tecnología en el empleo juvenil.
La preocupación por el futuro laboral de los jóvenes es un recordatorio urgente de la necesidad de políticas públicas que promuevan la formación y la adaptación a los cambios tecnológicos, asegurando que la juventud no quede atrás en un mundo en constante transformación.