Desde hace más de dos décadas, el huachicoleo o mercado negro de hidrocarburos es una industria paralela dentro de Petróleos Mexicanos, esta empezó como robo minorista por parte de los trabajadores y luego creció hasta convertirse en una estructura que desde las entrañas de las instalaciones petroleras involucra a empleados sindicalizados y de confianza, contratistas, empresarios gasolineros, industriales, ordeñadores de ductos, transportistas, capitanes y tripulaciones de barcos.
Hay tres grandes modalidades de sustracción en los 25 estados donde hay instalaciones petroleras, así como en aguas del Golfo de México que albergan las principales instalaciones costa afuera: de manera directa de refinerías y terminales de almacenamiento y reparto se sustraen embarques en las mismas pipas que Pemex contrata para transportar los refinados; vía marítima, en barcos que transportan los refinados de la paraestatal y en embarcaciones vinculadas directamente con el trasiego ilegal de combustible de Tamaulipas a Ciudad del Carmen; y mediante toma clandestina.