AGENCIA
Internacional.- El hielo marino de la Antártida ha alcanzado su nivel más reducido en 44 años, según el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC) de Estados Unidos. El 10 de septiembre, la extensión máxima anual del hielo marino en la Antártida llegó a 16.96 millones de kilómetros cuadrados, marcando un mínimo histórico durante el período de registro de 1979 a 2023.
Esta cifra es 1.03 millones de kilómetros cuadrados menos que el récord anterior. Durante décadas, el hielo marino de la Antártida se mantuvo estable o incluso se expandió ligeramente, pero la tendencia ha cambiado drásticamente desde agosto de 2016, experimentando una disminución constante durante la mayoría de los meses del año.
Aunque la explicación de este fenómeno es motivo de debate entre los científicos, algunos creen que está relacionado con el calentamiento global. Actualmente, los modelos climáticos han tenido dificultades para predecir los cambios en el hielo marino antártico, pero los últimos siete años han proporcionado evidencia de una posible conexión con el cambio climático, especialmente relacionado con el calentamiento de la capa superior del océano.
La pérdida de hielo marino no tiene un impacto inmediato en el nivel del mar, ya que se forma a partir del congelamiento del agua salada presente en el océano. Sin embargo, el hielo refleja más la radiación solar que el agua del océano, por lo que su disminución puede acelerar el calentamiento global.
Además, la pérdida de hielo marino expone las costas de la Antártida a las olas, lo que podría desestabilizar el casquete polar formado por agua dulce. Si este casquete se derrite, podría provocar un dramático aumento del nivel del mar, lo que plantea preocupaciones adicionales sobre el impacto en las regiones costeras en todo el mundo.
En enero pasado, se observó el desprendimiento de un gran cuerpo de hielo de la plataforma Brunt en la Antártida, lo que representa un ejemplo de este fenómeno.