El pez pulmonado sudamericano ha sido objeto de un fascinante estudio publicado en la revista Nature, que revela un hallazgo extraordinario: su genoma es el más grande jamás registrado en la historia de los animales. Con un tamaño impresionante de 90 gigabases —es decir, 90 mil millones de bases—, es 30 veces mayor que el genoma humano. Este descubrimiento no solo sorprende por su magnitud, sino también por los procesos evolutivos que lo han llevado a alcanzar semejante tamaño.
El biólogo Axel Meyer, de la Universidad de Constanza y primer autor del estudio, explica que 18 de los 19 cromosomas del pez pulmonado sudamericano son individualmente más grandes que el genoma completo del ser humano, con cerca de 3 mil millones de bases cada uno. Este enorme crecimiento ha sido impulsado por los transposones autónomos, secuencias de ADN que se replican y cambian de posición dentro del genoma, contribuyendo a su expansión.
Lo sorprendente del estudio es que, a pesar del crecimiento masivo del genoma, no se ha observado una inestabilidad genética significativa. Esto sugiere que, aunque los transposones contribuyen al crecimiento, el genoma del pez pulmonado ha logrado mantener una estabilidad notable. Este fenómeno ha permitido a los investigadores reconstruir la arquitectura original del cariotipo del tetrápodo ancestral a partir de las secuencias genómicas actuales de peces pulmonados.
La investigación también ha revelado que la expansión extrema del genoma se debe en parte a una baja abundancia de piRNA, un tipo de ARN que normalmente silencia los transposones. Esta falta de piRNA permite que los transposones se reproduzcan y se distribuyan por el genoma, contribuyendo a su crecimiento.
Además, los estudios comparativos entre los genomas de diferentes especies de peces pulmonados han proporcionado nuevas perspectivas sobre la evolución de las aletas radiales y su transición hacia las extremidades de los vertebrados terrestres. Por ejemplo, el pez pulmonado australiano, que aún conserva aletas en forma de extremidades, ha ofrecido pistas sobre cómo estas estructuras evolucionaron para adaptarse a la vida en tierra.
La investigación también ha demostrado que la simplificación de las aletas en algunas especies actuales se debe a cambios en la vía de señalización Shh, utilizando experimentos con ratones transgénicos CRISPR-Cas. Estos hallazgos aportan una valiosa evidencia sobre el vínculo evolutivo entre las aletas de los peces óseos y los dedos de los vertebrados terrestres.
Con la secuenciación completa del genoma del pez pulmonado sudamericano ahora disponible, los científicos están bien equipados para realizar estudios genómicos comparativos adicionales. Estos estudios prometen desentrañar más secretos sobre la evolución de los vertebrados y cómo los ancestros acuáticos dieron paso a los primeros seres terrestres.
El sorprendente hallazgo del genoma del pez pulmonado sudamericano marca un nuevo hito en la genómica evolutiva, ofreciendo una ventana única hacia los misterios del pasado evolutivo de la vida en la Tierra.