AGENCIA
CDMX.- Fueron dos fiscalías estatales, celosas de sus jurisdicciones las que, como no queriendo la cosa, se reunieron con personal de la Defensa y otras fuerzas federales para planear el arresto del jefe regional de sicarios del Cártel Jalisco: Rafael Bañuelos Ortega, “El Fantasma”.
“El Fantasma” no sólo es considerado uno de los generadores de violencia en Chihuahua, donde fue capturado el pasado 12 de febrero. También lo es en Zacatecas, a donde lo trasladaron, con orden de aprehensión en mano, por el delito de secuestro agravado.
Pero seis días después, durante la conferencia mañanera del día 18, el presidente López Obrador contó el resto de la historia en una gira por Ciudad Juárez: “Con la participación de la Procuraduría estatal fue detenida una persona acusada de secuestro, lo llevan a Zacatecas y un Juez lo deja en libertad”.
Al Juez que dejó libre a Bañuelos no le fueron suficientes los audios donde “El Fantasma” ordena el secuestro de dos hermanos que han llegado a Jerez, procedentes de Estados Unidos, en diciembre de 2021.
“No me eche mentiras porque ahorita lo vamos a matar”, le dice a uno de los hermanos secuestrados. “Mira, viejo, lo que está pasando aquí, hoy en este momento, es lo que aquí en México llamamos secuestro. ¿Has oído a hablar de eso?”. Entre el 8 y el 16 de enero pasados Bañuelos pidió a su gente: “(Los secuestrados) deben tener contactos en su teléfono o en Facebook”. “Hay que secuestrar a gente que traigan detalles ostentosos”. “Nomás no se metan en Víboras”. Bañuelos también se dedica a la distribución de droga.
En otros audios se puede escuchar a Bañuelos cómo se coordina con sus principales operadores para la entrega de “200 a 300” dosis de cristal, todo esto ocurre en Fresnillo, Zacatecas. Por otros reportes se sabe que “El Fantasma”, además, está al tanto del adiestramiento de sicarios. “Pido autorización para hacer unas prácticas de tiro con los chavos nuevos, porque ya se les asignó dos armas y no saben tirar”, le dice “el Kaibil”. “¿Y quién les va a enseñar a tirar si no saben?”, se queja Bañuelos.
En otros dos mensajes habla del reclutamiento:
Primer mensaje: “Tengo un grupo formado desde hace años, lo estoy forjando, quiero convertir mi grupo en el más fuerte de todo México, uno que nunca se haya visto. Estoy contratando pura gente seleccionada, pura gente que no se droga, porque si te drogas, quedas fuera. Se puede mota y perico, pero no crystal, ni heroína, ni todo eso”.
Segundo mensaje: “Yo soy el Comandante Fantasma, jefe del sector Zacatecas, aquí trabajamos con cuatro letras (CJNG), y estoy pagando 14 mil pesos a la quincena. Aquí se le pide lealtad, disciplina, respeto. Solo se te pide tres meses y si el jale no te gusta, te puedes retirar sin problemas, te tienes que retirar del estado (Zacatecas). Ocupo sicarios. Es cuidar la plaza, hay que pelotear (disparos) con los contras. Andas con mi gente, es un grupo armado de 10, 15 a 30 elementos y andan a pie tierra y en vehículos patrullando y cuidando el terreno de que no se metan los contrarios”.
Otro reporte, del 7 de enero pasado, donde Ulises Crispín Urtuza, el director se Seguridad Pública de Tepetongo, Zacatecas, le informa a “El Fantasma” los puntos de inspección de la Policía, ordenados por el Ejército.
“La orden viene directo de México”, le dice Crispín. “Perfecto, me parece bien”, le responde Bañuelos. Con Crispín tiene otra comunicación. “Ya me entregaron el teléfono y los 15 mil pesos en efectivo, usted me dice cuánto repartirles a los muchachos”.
Hay un audio donde no se identifica con quién habla, pero Bañuelos le ordena dar de baja a “hombres y mujeres” de la Policía de Jerez. “Tengo un muchacho listo para trabajar en la comandancia. Tiene sus papeles en regla, fue militar, lo puedo mandar ahora mismo en un taxi”. Bañuelos está de regreso en las calles por que para el Juez ninguna información le fue relevante y le otorgó su libertad y tal vez “El Fantasma” le dio un buen “moche”.
Pero así están las autoridades en México, encarcelando personas que roban para poder alimentar a sus familias y dejando en libertad a personas peligrosas.