Aún no sale el sol y el sonido de los metales que chocan se escucha incesante en un gimnasio de una ciudad cercana a la capital mexicana. Con ahínco, Carlos Suárez realiza su rutina de pesas, y no puede perder tiempo en la ardua misión de esculpir los músculos de su cuerpo.
Después de todo, será el primer hombre mexicano que compita oficialmente en fisicoculturismo en unos Juegos Panamericanos. Y podría ser también el último, así que hay que aprovechar una oportunidad que luce irrepetible.