
Redacción
El Buen Tono
Córdoba, Ver., 01 de abril del 2025. – El asesinato de Alondra, una niña de siete años, a manos de su padrastro en la localidad de San Matías Los Mangos, es el reflejo de un sistema podrido que, con su indiferencia, condena a la niñez a la violencia y a la muerte. Mientras su familia paterna peleaba por su custodia, las autoridades hicieron lo que mejor saben hacer: nada.
Este caso no es aislado. Apenas en agosto pasado, otra menor, Natalia “N”, de tan solo cuatro años, fue asesinada de la misma forma en esta ciudad. Dos niñas muertas en menos de un año, dos vidas que pudieron haberse salvado si el DIF de Córdoba hiciera su trabajo.
¿Dónde estaba la directora del DIF municipal, María Elena Yunes Choperena, mientras Alondra y Natalia sufrían maltrato? ¿Dónde estaban los “expertos” del Departamento de Atención y Prevención de Riesgos a la Infancia y Adolescencia (DAPRIA) y el área jurídica? La respuesta es evidente: en la comodidad de sus oficinas, ignorando su responsabilidad y permitiendo, con su inacción, que la violencia siga cobrando vidas.
