AGENCIA
Nacional.- El Día de Muertos es una de las tradiciones más emblemáticas de México, reconocida mundialmente por su profundo significado y su conexión con el recuerdo y la celebración de aquellos que han fallecido. Esta festividad, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2008, es un momento en el que las familias mexicanas rinden homenaje a sus seres queridos mediante altares y ofrendas, llenos de simbolismo y elementos representativos.
La colocación de la ofrenda es un acto solemne que sigue un calendario detallado, esencial para honrar a las almas que regresan durante estos días especiales. Según la tradición, la ofrenda puede colocarse a partir del 26 de octubre. A partir del 27, las almas de los difuntos comienzan su retorno al mundo de los vivos, iniciando así la celebración. Cada día entre el 27 de octubre y el 2 de noviembre está dedicado a un grupo específico de almas:
*27 de octubre: Llegan las almas de las mascotas fallecidas.
*28 de octubre: Se recuerda a las personas que murieron de forma trágica.
*29 de octubre: Honra a quienes fallecieron ahogados.
*30 de octubre: Día dedicado a los “olvidados”, sin familia que los conmemore.
*31 de octubre: Para las almas de los no nacidos.
*01 de noviembre: Celebración del Día de Todos los Santos, dedicada a los niños fallecidos.
*02 de noviembre: Día de los Fieles Difuntos, en el que se honra a los adultos fallecidos.
La ofrenda debe retirarse el 3 de noviembre, tras el regreso de las almas al más allá. Este ritual combina elementos prehispánicos con tradiciones católicas, resultando en una manifestación cultural única.
Entre los elementos esenciales de la ofrenda se encuentran:
*Mantel: Simboliza la pureza del altar, generalmente de color blanco.
*Sal: Purifica el alma de los difuntos.
*Velas e incienso: Representan el fuego y la luz que guían a las almas.
*Papel picado: Simboliza el aire, generalmente en colores vibrantes.
*Petate: Para que las almas descansen y como base para la comida y bebidas.
*Calaveritas de azúcar: Representan la muerte de manera alegre.
*Fotografías: Recordatorio visual de los difuntos.
*Tierra o ceniza: Representa la continuidad de la vida y la muerte.
*Flores de cempasúchil: Fundamentales en la ofrenda, simbolizan la tierra.
*Agua: Para saciar la sed de las almas.
*Bebidas y comida: Platillos favoritos de los difuntos, incluyendo mole y tamales.
*Pan de muerto: Representa los huesos y el ciclo de la vida y la muerte.
*Dulces y frutas: Símbolos de los placeres de la vida terrenal.
La ofrenda del Día de Muertos es un acto de respeto y devoción que mantiene viva la memoria de los seres queridos, asegurando que las almas reciban todo lo necesario durante su breve regreso al mundo de los vivos.
