México, D.F.- El Oro olímpico fue una cima que para muchos se convirtió en precipicio.
El año siguiente al título del Tri Sub-23 en los Juegos Olímpicos de Londres ha sido de grandes sinsabores para la mayoría de sus integrantes.
Desde las lesiones de Oribe Peralta y su “desaparición” de la Selección Mayor, pasando por la baja de juego de Marco Fabián, Jorge Enríquez y Miguel Ponce, entre muchos otros, hasta la crisis de resultados que el director técnico Luis Fernando Tena ha vivido en el combinado absoluto, los tropiezos tras el oro han sido numerosos.
Hace un año, el cuadro mexicano venció a Brasil en la Final disputada en Wembley y son pocos quienes pueden recordar la hazaña en una nueva cima, sin haber experimentado tropiezos intermedios.
Salvo Diego Reyes y Héctor Herrera, ya con el Porto en Europa, o Javier Aquino en la Primera División española junto a Giovani dos Santos, y Raúl Jiménez como sólido titular en el América, el resto ha vivido un año más para el olvido que de consolidación como figuras.
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