Por Andrés Timoteo / columnista
EL COMPARECIENTE
Con la asistencia, este lunes, al Congreso Local de la secretaria de Protección Civil, Guadalupe Osorno y la titular de la Contraloría General, Mercedes Santoyo concluyen las comparecencias de los integrantes del gabinete estatal para que los diputados glosen el Primer Informe del gobernante en funciones, Cuitláhuac García Jiménez.
Mañana martes, el propio mandatario estatal deberá acudir ante los legisladores para someterse a un ejercicio similar, es decir a responder los cuestionamientos que le hagan sobre los diversos rubros de la administración estatal. Será, por supuesto, una comparecencia muy sujeta a restricciones para evadir el debate real.
La Junta de Coordinación Política (Jucopo) no pudo, por falta de tiempo y seguramente por ineficacia, modificar la legislación para que el gobernante no tuviera la necesidad de acudir al recinto parlamentario. Aun así, el interrogatorio tiene normas estrechas para tratar de brindar al compareciente quien abrirá la asamblea, prevista a iniciar a las 11 de la mañana, con un discurso.
Después cada grupo legislativo formulará preguntas a través de un diputado y el gobernante contestará en 15 minutos a cada cuestión. Se supone que hay cinco fracciones legislativas, entonces serán cinco los legisladores que interroguen -máximo seis si alguno de los diputados independientes- y se acabó. Solo habrá una sola ronda de preguntas sin réplica ni contrarréplica.
Tras eso, el cordobés Rubén Ríos Uribe, presidente de la mesa directiva cerrará la sesión plenaria con un breve mensaje. En ese formato, los diputados de oposición tendrán que maniobrar para hacer que en la tribuna legislativa se hable de los temas que estuvieron ausentes en el mensaje de García Jiménez del pasado 15 de noviembre y en las comparecencias de sus colaboradores del gabinete.
Obviamente deberían ser temas obligados el incumplimiento en la declaratoria de emergencia humanitaria por la desaparición de personas, la “ola” de violencia que ha colocado a Veracruz en los primeros lugares del País en asesinatos, secuestros y feminicidios, la crisis de salud, especialmente el desabasto de medicamentos y la falta de acciones para combatir vectores de enfermedades, que ha provocado la muerte de niños con cáncer y de infectados con dengue.
Además, la serie de irregularidades en la contratación de proveedores en las secretarias de Salud, Seguridad Pública y el DIF estatal, los casos de nepotismo y el subejercicio presupuestal que, según lo reconocieron varios secretarios, oscila en un 50 por ciento y con el riesgo de que decenas de millones de pesos se regresen a la federación por falta de tiempo para aplicarlos. Es claro, un plan con maña para nutrir de recursos los programas federales del lopezobradorismo a costa de la privación de obras públicas en la entidad.
Ya se verá qué tanto preguntan los parlamentarios y qué tanto responde el gobernante compareciente. No obstante, de entrada, hay que resaltar que sus secretarios dieron muestra de que no están dispuestos a cumplir el catalogo de virtudes que promovía el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) pues mienten con demasiada facilidad y frente de todos sin ruborizarse. Así lo hicieron en sus respectivas comparecencias.
CONTRADICCIONES FEMINISTAS
A Córdoba y Orizaba llegó la “ola” feminista que entona la canción, ya convertida en himno, “Un violar en tu camino” que nació en chile y se ha extendido por todo el mundo. Mujeres orizabeñas salieron a las calles este fin de semana para realizar un performance con ese cántico y en Córdoba hasta el obispo, Eduardo Patiño, se pronunció a favor de la insurgencia feminista.
Está bien, pero el asunto es que en esa marea mujeril hay tonalidades discordantes. Una es la violencia a la que recurren algunas activistas no solo para destruir mobiliario público, rayar monumentos y golpean a reporteros, sino que ahora hasta queman libros en hogueras públicas porque no les gusta su contenido. ¿Quiénes hacía estos? Los clérigos de Santa Inquisición, los nazis eugenésicos, los militares golpistas de Argentina y todos los intolerantes que han existido a lo largo de la historia.
El sábado, un grupo de feroces feministas acudieron al cierre de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, uno de los eventos culturales más prestigiosos del país, a incinerar obras sobre terapias contra la homosexualidad a la que -sus autores- consideran una enfermedad. ¿No es una contradicción demandar que sean vistas a costa de fuego y destrucción?, ¿cómo claman por la no violencia cuando ellas son violentas al grado de atentar contra la libre expresión de ideas y la cultura?
Y otro caso que expone la cojera de ese movimiento y de sus consecuencias se dio la semana pasada en la Ciudad de México con la falsa desaparición de la joven Karen Espinoza que incendió las redes sociales, especialmente las de los grupos feministas, convirtiéndose en ‘trending topic’, es decir, tendencia por los numerosos mensajes colgados en el ciberespacio.
El furor cibernético duró unas horas porque todo fue una farsa de la muchacha que tras enviar un mensaje de texto a su mamá en el que daba a entender que estaba en peligro en el taxi en el que viajaba, apagó su teléfono móvil y se fue a pasar la tarde-noche a una discoteca. Al día siguiente ella regresó a su domicilio a bordo de otro taxi que le recogió en la zona de moteles de Coapa, mientras que en todo México se hablaba de su “desaparición”.
Ahora sí se revirtió la letra del himno feminista porque la culpa sí era de ella y donde estaba y como vestía. ¿Ya lo ven?, por la irresponsabilidad de unos cuantos se estropea la causa de miles. Hay quienes salen a clamar porque no se le critique ni se le satanice a esta joven por haber sido la protagonista de un enorme engaño. Vaya, solo falta que proponga que se le aplauda o se le entregue un diploma.
No, distraer a la atención pública, mal usar el aparato policíaco y las acciones oficiales daña a las verdaderas víctimas. Por supuesto que ese tipo de comportamiento debe ser sancionado penalmente. Y localmente hay un caso similar, aunque no tiene que ver con el feminismo, pero sí con el tema de las falsas víctimas. En Córdoba, hace dos semanas, un joven que fingió su secuestro con el fin de que su familia pagara un rescate y así usar el dinero para su disfrute personal.
La noticia de que este muchacho había sido plagiado movilizó a las fuerzas policíacas. ¿Cuál fue el castigo para ese indizuelo -como les dicen los abuelos del pueblo a los chamacos sin oficio- después de confirmar la engañifa? Hacer “trabajo social” o sea, nada. Este joven como la señorita Espinoza usurpan el papel de víctimas y a las verdaderas se les ignora. He ahí la contradicción y los resbalones que también invaden las redes sociales que no siempre son benditas ni veraces ni confiables.