Una amiga de redes sociales me pregunta si me siento conocedor de muchos temas, pues le disgusta mi manera de señalar lo que considero errores de los distintos actores económicos y políticos. Incluso insinúa que percibo algún ingreso por hacerlo, lo cual me genera hilaridad.
Precisamente, por esa costumbre de quedarnos callados, México sigue jodido. Además el hecho de opinar de algo no quiere decir que sea uno un experto, sino que lleve al público lector un tema que se considera importante para que cada quien asuma su propio criterio. Y este es el caso de esta colaboración:
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado manda un boletín el fin de semana para que salga publicado el lunes 12 de mayo en el cual afirma que mientras no se incrementa la productividad, los salarios en México no deben ni pueden aumentar, pues en caso de que así sucediera, los más perjudicados serían los trabajadores. Así, lisa y llanamente el centro de la inteligencia económica de los patrones, defiende los salarios bajísimos que se pagan en México. Olvidando las comparaciones (de salarios) con el resto de los países de América Latina con economías similares o menos desarrolladas que la nuestra.
El salario mínimo mensual medido en dólares en Octubre de 2013 era: 617 para Argentina, 144 para Bolivia, 326 para Brasil, 408 para Chile, 374 para Colombia, 500 para Costa Rica, 318 para Ecuador, 207 para El Salvador, 205 para Guatemala, 114 para Honduras, 432 para Panamá, 385 para Paraguay, 292 para Perú, 149 para República Dominicana, 405 para Uruguay, y México debajo de todos ellos con 106 dólares al mes. Debajo de México sólo Cuba, Haití, y Nicaragua.
Resulta claro que el CEE con sus economistas de primer nivel buscan que haya más inversión, gracias a las utilidades (plusvalía dirían los marxistas) generadas con la sobreexplotación del trabajador mexicano, y según su teoría económica, los grandes y pequeños empresarios, invertirán más y más, generando más empleos que a su vez, nos van a traer más trabajos y así crecerá poco a poco la economía nacional y los salarios.
Sin embargo, los economistas del CEE no toman en cuenta los últimos 30 años de experiencia en la VIDA REAL, que nos ha dejado la economía mexicana: No importa cuánto reduzcas el poder adquisitivo del salario, esto no incrementa la productividad, ni lleva a un incremento real de salarios a largo plazo. Al contrario, el incremento por debajo de la inflación de los salarios ha llevado a los empresarios mexicanos a NO volverse competitivos, y por lo tanto NO ha elevado la productividad.
Los incrementos de productividad, y sobre todo, los incrementos en las utilidades se han basado en un precio reducido de mano de obra, lo cual desestimula cualquier inversión en capacitación y tecnología, pues siempre resulta en México más barato pagarle a los trabajadores una bicoca que invertir.
Y pongo un ejemplo: Si usted tiene que hacer una zanja que utilice dos horas de máquina, que le permitirá hacerla rápido y bien delineada, o puede contratar a diez personas que en un día hagan el mismo trabajo, pero ahorrando unos centavitos, salvo caso de urgencia, preferirá contratar a los trabajadores y ser ineficiente que contratar la máquina y ser productivo, todo en función de los resultados económicos del trabajo, es decir, de lo que cueste menos.
En caso de que los salarios se incrementen, a niveles competitivos a nivel América Latina, el patrón deberá ser más productivo en el uso de la mano de obra, y aunque al principio pudiera elevarse el desempleo, los que lo conserven, tendrán más recursos para consumir, lo que a su vez genera una mayor demanda interna, que para ser satisfecha, provocará un incremento en la oferta de plazas de trabajo, y la economía entrará en un círculo VIRTUOSO, en el cual hay más dinero para adquirir bienes y servicios, más empleo, y mayor actividad económica.
Pero, esperar a que el Centro de Estudios Económicos del sector privado, defienda un incremento de salarios, en contra los intereses de sus patrocinadores, todos patrones, todos grandes empresarios, con muchísimos trabajadores, es esperar que traicione sus raíces. Por ello, aprovechando la falta de conocimiento público del origen de sus patrocinadores, el CEE, promueve la contención salarial, que tanto daño le ha hecho al nivel de vida de los mexicanos.
Imagine usted un salario mínimo de 400 dólares al mes o $5,280.00 pesos al mes. El brutal incremento de la actividad económica en México, y la elevación del nivel de vida de los mexicanos. Pero la mezquindad de un gobierno al servicio de los grandes intereses empresariales, que a costa de abaratar el trabajo del mexicano promueve inversiones, y de los propios dirigentes empresariales que cuidan los centavitos en lugar de buscar ganar los pesos, genera una espiral descendente del poder adquisitivo del salario, desde hace ya muchos, pero muchos años.