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El Caso Feliciano

Superiberia

 “De los cientos de libros que he leído, de lo que tratan éstos a menudo casi todo se me olvida, lo poquito que me queda es la cultura”. No me preguntes querido lector en qué libro o revista leí lo anterior, ya se me olvidó, pero es que volvió a mi mente una frase que me pareció muy ad hoc en este momento con casi toda una semana de remachar por medio de los medios (perdónenme la redundancia) el indignante caso de Feliciano Díaz Díaz, el niño tzotzil recientemente vejado por unos creo, inspectores de Comercio de la ciudad de Oaxaca.

            La mentada frasesita (o frasesota) según leí aunque no recuerdo dónde, decía más o menos así: “Un caso es tragedia, dos es noticia, diez mil son estadísticas”. Y es que sí, celebro a todos los medios de comunicación el recordarnos en cada espacio informativo del que disponen desde hace unos días, que no se debe discriminar, ni maltratar, ni quitarle a nadie y mucho menos, a un niño que está muy lejos de la posibilidad de defenderse, de lo que debería ser el principio elemental de esta especie que llamamos humana, el derecho a sobrevivir por medio del más humilde o cualquier otro tipo de trabajo honesto.

             Hoy, en este momento, quisiera que alguien me proporcionara las estadísticas de ¿Cuántos niños (y no sólo indígenas), cuántos miles de niños son diariamente explotados, maltratados, sin un mendrugo para alimentarse, cuántos suman por día y a cada hora en nuestro México? TODOS ESTOS MILES y no sólo un caso, son los que debiéramos remacharnos cada día del resto de lo que nos queda de vida a todos los mexicanos adultos. INVIRTAMOS EL PAPEL.¡¡No hagamos de las tragedias una estadística, hagamos de LAS ESTADÍSTICAS LA VERDADERA TRAGEDIA!!

                P.D. – Mil perdones, ya es hora de cambiar, en México sólo existen mexicanos, “indígenas” es una palabra que debemos borrar de nuestro gentilicio.

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