Washington.- Aparentemente me estoy convirtiendo en un viejo gruñón. Me quejo de todo, y me peleo con todos.
Mis últimos pleitos han sido con la compañía de celular y con todo lo relacionado al servicio médico en los Estados Unidos. Y es que los que piensan que los gringos reciben excelente servicio en todos lados no tienen idea…
Otro día les platico de t-Mobile que es la compañía que me da un pésimo servicio de teléfono celular. Hoy les platico del servicio médico, los seguros y toda problemática que implica el aliviarse en esta tierra de gringos.
El primer problema es el costo. El costo del servicio médico anual por persona es de 8 mil 233 dólares, dos y medio veces más que el promedio del resto de los países del ‘primer mundo’ (como referencia el costo en México es 15 mil 727 pesos). Muchos gringos, especialmente los políticos republicanos repiten que sí, es caro pero es “el mejor servicio médico del mundo”.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), otros países tienen 3.1 doctores por mil habitantes mientras que los gringos solo 2.4; el número de camas de hospital es 2.6 contra 3.4 del resto de los países de la OCDE; la esperanza de vida es de 78.7 años contra 79.8 de otros países.
Aparte de ser caro, está sujeto a las reglas del capitalismo salvaje americano donde el precio de los servicios y los medicamentos se basa en lo que el proveedor quiere cobrar. Historias de aspirinas a ocho dólares en un hospital son el pan de cada día. Martin Shkreli es ejemplo de lo que los buitres de Wall Street pueden hacer; luego de adquirir control de la compañía Turing que produce la droga Daraprim para enfermos de Sida, decidió subir el precio por píldora de 13.50 a 750 ¿Por qué setecientos cincuenta dólares por una píldora? Porque se le dio la gana.
DRÁSTICO AUMENTO
La historia del Daraprim causó furor básicamente por lo drástico del incremento, sin embargo incrementos menores se dan todos los días y nadie se espanta. Una de mis experiencias se dio durante el mes que me quedé sin trabajo, sin tener seguro médico fui con mi doctora que me receto no me acuerdo qué, fui a la farmacia (Rite Aid) y, a la hora de pagar me informaron que eran más de cuatrocientos dólares por la dosis para un mes. Les di las gracias y me retiré pensando en pedir a mi doctora que me recetara algo más barato. Más tarde fui a Costco que es una de esas tiendas donde todo se vende al mayoreo, vi la farmacia y decidí preguntar… 17 dólares. Manejando de regreso a casa decidí visitar Rite Aid, si hubiera sido caricatura hubiera salido humo de mi cabeza. Les informe (otras gentes dirían que a gritos, yo digo que fue en voz alta) de la diferencia de precios y les dije que sus prácticas comerciales podrían terminar costandole la vida a alguien. Iba a hablar a los periódicos pero al día siguiente ya no estaba tan enojado, ni modo.
SON COMO DIOSES DEL OLIMPO
Los doctores son lo más parecido a dioses del Olimpo en la tierra que me ha tocado ver. Normalmente te reciben 15 o 20 minutos después de la hora de tu cita, pero la única vez que llegue 10 minutos tarde la enfermera me quería pegar. Cuando por fin te toca, la enfermera te pesa y te lleva a un mini consultorio donde te toma la temperatura y la presión y te hace todo tipo de preguntas, toma notas para que el doctor no tenga que preguntar nada. Después de esperar otros 10 o 15 minutos el doctor se aparece, lee las notas de la enfermera te hace una pregunta o tal vez dos, te dice que te va a recetar tal o cual y que tienes que hacer esto o aquello, no pasa más de 10 minutos contigo.
La burocracia a la que uno se enfrenta recuerda un poco a la dimensión desconocida. Voy a hacerme un chequeo que gracias al ‘Obamacare’ cubren todos los seguros médicos. Me dice el doctor que necesito una colonoscopia (¡noooo!) y un estudio de sueño, además de volver a hacer análisis de sangre que ya no estarán cubiertos por Obamacare. Mi seguro médico (400 dólares mensuales sólo por mí, sin contar a mis hijas y mi mujer), tiene un deducible de 4 mil dólares, lo que hace que yo tenga que pagar todos mis servicios. Le preguntó al doctor cuánto va a costar todo, me dice que no tiene idea, le pregunto a la enfermera que me dice lo mismo, le preguntó a la administradora que trata de ayudarme pero al final me dice que no tiene idea. Cada vez que pregunto se me quedan viendo como diciendo “¿Cómo te atreves a preguntar por el costo? ¿Qué no sabes que si no haces lo que el doctor ordena te puedes morir?”. Yo no sé si yo soy el único que pregunta pero me imagino, por las caras que me hicieron que sí, o que somos muy pocos los que preguntamos.
COSTOS INFLADOS
Los doctores tienen contrato con compañías de seguros y por lo que me platicó la enfermera, mandan ‘reclamos’ por los servicios prestados por un valor superior a lo que esperan recibir porque las compañías de seguros no pagan la totalidad de lo que les piden. Esto hace que cada seguro, según el contrato, haga un pago diferente por el mismo servicio. La enfermera me platicó que ella había averiguado que un procedimiento que le hicieron costaba sin seguro 100 dólares, que ella lo hizo a través del seguro que cobró 400 y que ella terminó pagando 150 como deducible.
Al final me explican que la compañía de seguros es la única que me puede decir cuánto va a costar lo que necesito. ¡Fácil, háblale a la compañía de seguros y listo! Hablo a la compañía de seguros, contestadora automática “Bienvenido a la compañía Patito ¿Es usted miembro o proveedor?” “Miembro” “teclee su número de identificación, reemplace las cinco letras con los números del teclado telefónico” “pip pip pip listo” “¿Qué tipo de seguro tiene usted?” “(¡Ya les di mi número!) Mi tipo de seguro es PPO” aquí se cubren de las demandas “La información que le proporcionemos no es garantía de pago bla bla bla. Presione uno para esto dos para aquello y tres para lo demás” “pip” Se oye el tono de otro teléfono (¡Me transfirieron!) “Bienvenido a la compañía Patito ¿Es usted miembro o proveedor?” “¡miembro!” “teclee su número…” después de ser transferido varias veces y gritar miembro cada una, me desconectan completamente. Vuelvo a intentar, esta vez en lugar de uno para esto presiono dos para aquello con la esperanza de hablar con un humano… ¡Una voz femenina! Le digo que me da mucho gusto poder hablar con ella y le pregunto si tienen estadísticas de cuánta gente se muere tratando de hablar con un humano en su compañía. Aparentemente las estadísticas no existen y no me puede ayudar porque presione dos en lugar de uno. Le digo que siento ganas de llorar, le doy las gracias y cuelgo…
NO BUSCAN
ALTERNATIVAS
¡Claro que me voy a hacer todos los menjunjes que me pide el doctor! La diferencia es que los gringos van al doctor como ovejas al matadero, si el doctor les dice que necesitan pedicure en el dedo chiquitito van y se lo hacen y cuando reciben una factura de 2 mil dólares la pagan sin chistar. Yo no. Yo quiero saber cuánto cuesta lo que el doctor pide antes de hacerlo, y si sale demasiado caro busco alternativas, una de las cuales es hacer un viaje rápido a Tijuana, donde los doctores mexicanos son excelentes y además… ¿Les platiqué del restaurant ‘Los Arcos’? ¡Una maravilla!
