Tuve una reunión el sábado primero de febrero con una persona que de cuestiones de fiscalización conoce muchísimo, tiene mucha experiencia en temas fiscales, y ha ocupado puestos de primer nivel. Ahora se dedica a actividades privadas, pero de vez en cuando nos reunimos para comentar las últimas novedades.
En esta ocasión, fue la reforma fiscal el tema. De las mesas vecinas, -todas ocupadas por damas- recibíamos miradas de reprobación, pues a la una de la tarde, había varias mesas de damas y una sola de caballeros, pero parecía que estábamos de fiesta. Nos reíamos a mandíbula batiente, con los detalles finos de lo que ha pasado en el SAT en el primer mes de la reforma fiscal, y del ridículo que estamos haciendo a nivel internacional. Llegamos al grado de pensar que los reconocimientos que ha recibido nuestro secretario de hacienda han sido entregados, entre sorna y sonrisas ocultas, pues los triunfos que se presumen, simplemente no existen, no hay capacidad para ello.
Claro que también pasábamos al rostro serio y la indignación, pensando quiénes serán los beneficiarios de esta reforma fiscal. Particularmente los bancos que ganarán aún más dinero, sin ninguna regulación que controle su voracidad. El Gobierno deja al pueblo de México a merced de los abusos de los bancos. Otros grandes beneficiarios serán las setenta y tantas empresas autorizadas para expedir los sellos y facturas digitales que según el propio director del SAT se van a realizar 150 millones de operaciones diarias… ($750,000,000.00 setecientos cincuenta millones de pesos diarios como mínimo que se van a llevar las empresas por dar el servicio para que se expidan las facturas electrónicas). O una cifra mejor que dio Don Aristóteles Núñez, la de cinco mil millones de facturas electrónicas al año, es decir sacar de las empresas veinticinco mil millones de pesos al año por cumplir esa obligación fiscal, y sólo por las facturas, falta considerar el asunto de las nóminas, que también serán cantidades brutales.
En ningún país del mundo habrá tanta información de la población en manos del gobierno. Mi amigo decía que ni siquiera la Gestapo o la agencia de seguridad nacional de los americanos maneja tanta información de los particulares. Un verdadero ente de control, si hubiera alguien con la capacidad de procesar y sobre todo obtener resultados útiles de tanta información. Para mostrar un ejemplo de equivalencia, mientras en México todos los contribuyentes tendrán que usar facturas electrónicas, en Chile solo la usan 21,000 contribuyentes de 800,000 registrados… Debido a sus costos y dificultades tecnológicos de uso, sólo un sector mínimo las usa, pero en México presumimos a nivel nacional que todos la van a usar… jajajá… ridículo mundial, porque no es técnicamente posible y las dificultades de implementación ya se han visto, con unas oficinas del SAT sobre saturadas, y un portal de internet que simplemente no está preparado para atender la demanda, por lo cual generalmente está “caído”.
Cuando llegamos al tema de repecos, hoy en el régimen de incorporación, de morirse de la risa, pensar que con un 70% del territorio nacional sin cobertura de internet, van a poder atender por teléfono a todos esos contribuyentes. Y cuando le comentaba que la idea de eliminar el régimen de cuota fija surgió para eliminar la evasión que supuestamente se daba en ese régimen, las carcajadas llegaron otra vez, pues ahora en 2014, si no expiden facturas, podrán quedarse sin pagar impuesto sobre sus utilidades, pero también se quedarán con todo el IVA que cobren, y los que causen impuesto especial de producción y servicios, tampoco lo pagarán… Lo cual implica que en 2014, tendrán su paraíso para evadir aún más, a pesar de que el objetivo era exactamente el contrario.
38 millones de contribuyentes registrados al 31 de diciembre… hicimos quinielas para ver si se dan de baja muchos, o si esto atrae a más ciudadanos a legalizarse. Comenzamos pensando en los taxistas haciendo sus declaraciones por internet. De allí seguimos a la tiendita de pueblito, imaginando a la tendera en ropa tradicional y sin acceso a internet preguntando a su cliente de botas y sombrero, que viene del rancho y tampoco usa computadora, si desea una factura electrónica, y el cliente contestando que con gusto le dará su dirección de correo electrónico.
Una derrota para el PRI anunciada para las elecciones de 2015, a menos que recapaciten y modifiquen este engendro de reforma fiscal. Y un futuro pacto fiscal para ricos, dónde se restablezca la deducción al 100% de salarios y prestaciones, deducciones de activos fijos eliminadas, en particular la deducción inmediata, y otros beneficios para las empresas grandes, mientras que las medianas seguirán sufriendo un gobierno que quiere cobrar más impuestos, pero que es públicamente conocido que no los utiliza para el bien de los mexicanos, sino para su desvío hacia bolsillos particulares a nivel nacional, estatal, municipal y en todos los organismos gubernamentales, descentralizados o no. Lo importante es que el pueblo de México no tiene interés en que sus impuestos se usen correctamente y acepta tácitamente esa expoliación vía robo de funcionarios públicos.
Tuvimos oportunidad de revisar los esquemas de evasión que se supone esta reforma fiscal, y la ley antilavado combaten, y llegamos a la conclusión de que ambas reformas van a generar una mayor economía negra, como se hace en España y en muchos países. El mejor estimulo para la economía informal y la evasión, viene directamente de aquellos que supuestamente la quieren combatir. Vimos varios esquemas del 2013 de evasión fiscal, y comprobamos que la reforma no los evita. Sólo logra más control e información de los ciudadanos, y posiblemente un pequeño incremento en la recaudación, más una infinita cantidad de molestias al ciudadano y mentadas.
Total, que entre la risa loca y las carcajadas ante algunas acciones del fisco, y la indignación en otras, pasé un rato agradable, bajo la dura mirada de reproche de las damas que felices convivían en la Estación del Huatusquito.
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