Anuncia la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) que le proponen al gobierno aplicar una tasa de IVA del cinco por ciento a alimentos y medicinas, la cual irá subiendo paulatinamente a lo largo del sexenio. Guau!!!!!! Gran titular!!!!! Ganaron la de 8!!!!!
Qué vergüenza deben de estar sintiendo los fundadores de la coparmex al ver este tipo de declaraciones de los líderes actuales. Qué pena para tantos empresarios nacionalistas o panistas que han luchado por mejorar a México, y por mejorar al gobierno de México, que se han capacitado y han exigido una y otra vez, que las cosas se hagan bien.
Hoy la coparmex (así, con minúsculas) se convierte en un siervo del gobierno federal. Le hace la “chamba” a la gente de Hacienda. Resulta que dentro de tres días se presenta el paquete económico, y gracias a la coparmex, van a incluir su petición. En menos de una semana va a atender la demanda de los patrones, y por arte de magia, va a salir su propuesta en la reforma fiscal.
Todos sabemos que las cúpulas empresariales generalmente son grandes aliadas del gobierno en turno. Lo que no sabíamos era que la coparmex estaba primero en la lista, y que asume el costo político de algo tan grave en un momento de recesión, como un aumento brutal de impuestos en alimentos y medicinas, pues ese cinco por ciento de IVA implica dejar de devolver el 15% al que tenían derecho los fabricantes de alimentos y medicinas, y se le añade un cinco por ciento adicional. Es decir, en números gruesos se incrementa el costo en poco menos del 20%, y eso, en un año en el que el crecimiento económico bajó de casi cuatro por ciento a menos de 1.8.
La COPARMEX que yo conocí en otras épocas habría insistido en que si bien es necesario un aumento en la recaudación fiscal del gobierno, hay puntos más urgentes, como reducir los robos y saqueos que sufre el erario público gracias a malos funcionarios, y a una impunidad que no tiene parangón en el mundo. Esa COPARMEX que yo conocí, y de la cual estaban orgullosos sus fundadores, exigiría que a cambio de un aumento de impuestos, se eleven las penas para los servidores públicos que desvíen un centavo del dinero del pueblo, que ellos manejan. Habría presentado una férrea oposición, no para evitar el aumento de impuestos, sino para lograr a cambio que se transparente más el uso de los recursos públicos y se eviten los saqueos que todos conocemos en estados con una deuda enorme e inmanejable, y con municipios en las mismas situaciones, y también en los estados y municipios que han sabido manejar sus deudas, pero en los cuales también hay saqueos.
Esa COPARMEX habría insistido en una reforma energética que redujera el número de plazas sindicalizadas en Pemex, y también las de confianza. Que evitara los grandes negocios y los nuevos ricos que año tras año surgen y saquean el patrimonio, ese que dicen que es de todos los mexicanos, pero sólo unos cuantos lo disfrutan. Exigirían a grito pelado que ya no existieran ni los grandes negocios ni los grandes cochupos a costillas de un Pemex cada día más débil.
Pero esa era otra COPARMEX. La de hoy se dedica a hacer el trabajo sucio del gobierno federal. Es la primera que avienta el dato del cinco por ciento para ver qué pasa, porque si no hay reacción popular, igual y le ponen el 8. O si hay mucha protesta, entonces le bajan al tres o simplemente eliminan la posibilidad de devoluciones de impuestos. Opciones hay muchas, pero lo importante es que sea la coparmex (cita) la que suelte la primera voz pidiendo al gobierno elevar los impuestos…. Jajaja… El sindicato patronal pidiendo más impuestos… Sólo en el México actual se puede ver algo así.
Mientras tanto, quizá veremos el día nueve o diez de septiembre a los directivos de la coparmex presumiendo que su propuesta fue la que se llevó al congreso. Y quizá también, hasta nos digan que el gobierno quería un 10% y que gracias a ellos, lo dejó nada más en el 5% de IVA en alimentos y medicinas, salvo una canasta básica que seguramente seguirá exenta para engañar al pueblo diciendo que no les va a afectar este aumento a los que menos tienen. Y todo gracias al único sindicato patronal de México. (Chambeando para el gobierno federal).
Qué pena.
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