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Culiacán, Sinaloa.- En un operativo conjunto realizado por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), militares aseguraron más de 30 armas de fuego, cinco vehículos con blindaje artesanal y una considerable cantidad de químicos utilizados en la elaboración de droga sintética, en operativos realizados el lunes 18 de noviembre en Culiacán y Cosalá, Sinaloa.
Durante las intervenciones, se incautaron cinco vehículos, tres de ellos denominados “monstruo” debido a su blindaje artesanal, y uno con blindaje de fábrica. Además, se encontraron 30 armas largas, una ametralladora, dos fusiles, más de 10 mil cartuchos, 55 cargadores y 32 artefactos explosivos improvisados, junto con dosis de droga cuya cantidad y peso aún no han sido detallados.
La afectación económica a los grupos criminales asciende a 122 millones de pesos, según el informe de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), que también destacó la incautación de 5,450 litros de químicos y 10 kilogramos de sosa cáustica en dos áreas de concentración, desarticuladas durante el operativo.
Las autoridades compartieron imágenes del armamento, vehículos y demás equipo asegurado. Este operativo forma parte de los esfuerzos para desmantelar las organizaciones criminales en la región, y aunque la acción fue enfocada en Sinaloa, otros estados también fueron escenario de intervenciones.
En Cajeme, Sonora, fuerzas de seguridad capturaron a cuatro sujetos con un arma larga y 4 mil dosis de droga, mientras que en Zacatecas, en el municipio de Genaro Codina, miembros de la Guardia Nacional fueron atacados por sujetos armados, lo que resultó en la incautación de cuatro vehículos, sin detenciones reportadas. Además, en Reynosa, Tamaulipas, agentes militares fueron atacados, lo que derivó en el aseguramiento de un arma larga, un artefacto explosivo y dos vehículos, dejando a uno de los atacantes herido.
En un esfuerzo adicional por erradicar cultivos ilegales, el Ejército Mexicano destruyó 168 plantíos de amapola en 22 hectáreas y 79 plantíos de marihuana en 5 hectáreas, en los estados de Sinaloa, Chihuahua, Durango y Guerrero, como parte de la estrategia para combatir la producción y tráfico de drogas en el país.