- La falta de una de sus extremidades no es limitante para que Rafael realice trabajo rudo en la instalación del equipo de una nueva gasolinera
Córdoba.- Rafael Eduardo Ramírez Chávez, un obrero que labora en la remodelación de una gasolinera ubicada en la avenida 11 y calle 36, contra esquina del periódico El BUEN TONO, es sinónimo de ejemplo e inspiración para los ciudadanos, ya que con el sudor de su frente se gana el sustento de cada día, pese a que le falta una de sus extremidades.
En la ciudad y en todos los rincones del País podemos encontrar personas con discapacidades físicas, solicitando una dádiva que con la caridad de los ciudadanos lograr obtener importantes recursos; sin embargo, esa no fue opción para Rafael, quien desde pequeño perdió la pierna izquierda.
Nació en Guadalajara, pero desde los 7 años vive en Tultepec, Estado de México. Abandonó la escuela a los 9 años porque era un niño inquieto y rebelde al que no le gustaba asistir a las clases, no quiso estudiar y se puso a trabajar; lamentablemente a esa edad abordó un tren para divertirse y cayó a las vías, provocándole la amputación de casi toda la pierna.
Desde niño, junto con su padre y sus hermanos, y con la esperanza de salir adelante, decidió dedicarse en cuerpo y alma a trabajar. Su familia está conformada por siete personas: sus padres, cuatro hermanos -tres varones y una mujer-.
“Él es un ejemplo para la compañía, porque no se rinde en las jornadas que tenemos hasta de 12 horas, cuando muchos de nosotros sólo queremos trabajar ocho horas o hasta menos. Es de reconocer su esfuerzo”.
Arturo Maldonado
Encargado de obra
Sus conocimientos no se limitan a una sola cosa, ya que se ha especializado en el oficio de plomería, electricidad, herrería e instalaciones, como la que están llevando a cabo en la ciudad.
Rafael junto con su padre, sus hermanos Leobardo Sergio y Juan José, así como su tío Pancho, son los que integran la cuadrilla y es que según lo afirman “trabajar en familia es mejor”.
La obra está a cargo del ingeniero Arturo Maldonado, quien en entrevista reconoció la capacidad laboral de Rafael Eduardo.
“Conmigo lleva un mes trabajando, pero 10 años con la empresa, él es un elemento proactivo, si ya terminó su labor, busca qué hacer o pregunta en qué más puede ayudar”, actualmente debido a la urgencia del trabajo han llegado a tener jornadas de hasta 12 horas diarias, siendo también un ejemplo para sus compañeros.
Al entrevistar a su padre, Juan José, dijo que lo primero, después del accidente, que hizo junto con toda su familia fue apoyarlo, incluso, llegó a tener una prótesis, pero debido a lo caro de las reparaciones de la misma decidió dejarla y mejor apoyarse con las muletas.
Al preguntarle ¿qué se siente ser el padre de un ejemplo para México? Sus ojos se llenaron de lágrimas y después de un suspiro profundo respondió: “No lo había yo pensado así, que mi hijo trabaje y se desempeñe como una persona normal, no tengo palabras para describirlo, hay muchas personas que se dejan caer; sin embargo, él ha tratado de salir adelante trabajando con nosotros”.
Rafael, de 36 años, ha estado tres cuartas partes de su vida sin su pierna, y representa un ejemplo para sus hermanos, para sus padres, para el que escribe estas líneas y para los que leen el periódico, ya que se esfuerza cada día para realizar profesionalmente su trabajo. Sin duda alguna representa una inspiración para millones de personas en todo México, ya que a pesar de no contar con una extremidad, no se autolimita y, por el contrario, demuestra su capacidad en un trabajo rudo y de riesgo.