Tierra Blanca.- Con visibles huellas de tortura envuelto en un colchón inflable color verde, así fue encontrado el cadáver de una persona que permanece en calidad de desconocida en la funeraria Hermanos Amador Noriega, donde personal de la Agencia del Ministerio Público a cargo del licenciado Ángel Vichi Fomperosa, están en espera de que alguna persona se presente a identificar el cadáver de un infortunado hombre de entre 30 y 35 años, cabello corto, el cual tiene un tatuaje en la muñeca izquierda en forma de notas musicales y otro más en la nuca con la leyenda de “Sarahin”.
El macabro hallazgo fue realizado alrededor de las 09:30 horas en la parcela de Flavio Delgado Tirado, localizada a orillas de la carretera estatal Tierra Blanca-Barahunda, a unos 300 metros antes de llegar a la gasolinería de la comunidad El Jícaro, donde los encargados de la ordeña, al llegar a muy temprana hora no observaron nada extraño, pero al regresar a las 09:30 horas a esperar la lechera, descubrieron que sobre la brecha que conduce al corral, se encontraba un bulto envuelto en un plástico color verde que más tarde se supo era un colchón inflable donde solamente se apreciaban los dedos de los pies de un ser humano y un pantalón de mezclilla color azul encima del bulto.
De inmediato las autoridades ejidales y la agencia municipal dieron parte a las autoridades, siendo la Secretaría de Seguridad Pública del Estado los primeros en llegar y acordonar el área en espera de las autoridades ministeriales para que tomaran conocimiento de los hechos.
El licenciado Ángel Vichi Fomperosa, Agente del Ministerio Público acompañado del perito José Clemente Mendoza Torres y el Comandante de la AVI Rafael Rascón Medina, arribaron al lugar de los hechos y confirmaron que se trataba de una persona que presentaba huellas de tortura en espalda, glúteos y piernas, donde se presume recibió una brutal golpiza con un objeto contundente, al parecer un garrote.
De inmediato el cuerpo fue levantado y trasladado a la Funeraria Amador Noriega en la calle Vicente Guerrero, donde se espera que el cadáver sea identificado por algún familiar y reclamado para darle cristiana sepultura.
Pedro Tamayo Rosas
Cortesía: Crónica de Tierra Blanca