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Internacional.- El gobierno de Estados Unidos anunció este lunes una nueva medida en su estrategia para limitar la influencia de tecnologías extranjeras consideradas una amenaza para la seguridad nacional. A partir de ahora, quedará prohibida la comercialización de vehículos conectados en el territorio estadounidense que integren componentes o software de origen chino o ruso.
La medida, que refleja la creciente preocupación de Washington por la ciberseguridad, se centra en los riesgos asociados con las tecnologías desarrolladas por países considerados rivales en el ámbito geopolítico, principalmente China y Rusia. Los vehículos conectados, que incluyen sistemas de comunicación y plataformas tecnológicas avanzadas, serán objeto de restricciones debido a la posibilidad de que estos componentes puedan ser utilizados para obtener acceso no autorizado a datos sensibles o afectar la infraestructura crítica.
Impacto en el mercado de vehículos eléctricos
Una de las implicaciones más destacadas de esta medida es que, actualmente, en Estados Unidos no se venden vehículos eléctricos de origen chino, lo que hace que la prohibición no afecte de inmediato a marcas específicas en el mercado estadounidense. Sin embargo, la decisión podría tener repercusiones en el futuro, especialmente si los fabricantes de autos eléctricos en China buscan ampliar su presencia en el país norteamericano.
Restricciones adicionales a la exportación de chips
El anuncio también incluyó nuevas regulaciones sobre la exportación y reexportación de semiconductores, especialmente aquellos de alta tecnología como los chips utilizados en Inteligencia Artificial. Washington impondrá requisitos de autorización especial para la venta de estos componentes en el país, buscando limitar el acceso de naciones rivales, como China, a tecnologías críticas.
Estas restricciones, que se suman a las medidas implementadas a lo largo de 2023 para restringir la venta de chips avanzados de IA a China, forman parte de un esfuerzo más amplio de la administración de Joe Biden para controlar la transferencia de tecnologías sensibles que podrían ser utilizadas con fines militares o para socavar la seguridad nacional de Estados Unidos.
Tensiones tecnológicas globales
Con esta nueva acción, Estados Unidos da un paso más en la competencia tecnológica global, en un momento en que las tensiones con China continúan escalando, especialmente en áreas relacionadas con la inteligencia artificial, los semiconductores y las telecomunicaciones. La administración Biden busca mantener una ventaja en estos sectores estratégicos, mientras que China, por su parte, ha buscado en los últimos años mejorar su autosuficiencia tecnológica.
La prohibición de vehículos conectados con tecnología china o rusa refuerza el enfoque de Washington sobre la seguridad cibernética, en un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología para su funcionamiento diario.
El futuro de las relaciones tecnológicas
Esta medida podría tener un impacto significativo en las relaciones comerciales y tecnológicas internacionales. Los fabricantes de autos y empresas tecnológicas deberán adaptarse a las nuevas restricciones, lo que podría llevar a reconfiguraciones en las cadenas de suministro globales, especialmente en lo que respecta a los componentes de alta tecnología.
La prohibición de Estados Unidos también refuerza la tendencia a nivel mundial de desconectar sectores estratégicos, como la automoción y la tecnología, de ciertos actores internacionales considerados no confiables desde el punto de vista de la seguridad nacional.
Con el enfoque en la protección de datos sensibles y la seguridad cibernética, este nuevo paso del gobierno de Biden subraya la importancia de las tecnologías avanzadas en la rivalidad global que, cada vez más, se libra en el terreno de la innovación y la tecnología.
