
De la Redacción
El Buen Tono
Calcahualco.- Las autoridades son incapaces de frenar la tala clandestina que devasta los ecosistemas, tal es el caso de lo que ocurre en la barranca de Metlac, donde el alcalde, Gerardo Rosales Victoria, permite la devastación de un área protegida.
Vecinos dijeron que facilita el corte de árboles sin que nadie le ponga freno, “utiliza el argumento del programa federal Sembrando Vida para otorgar permiso a productores de chayote, que, a cambio de un moche, destruyen la biodiversidad.
En ese contexto, la reciente retención de agentes de la Fiscalía General de la República (FGR) por talamontes en El Jacal, cerca del volcán Pico de Orizaba, pone de relieve tal alarma que ignoraron por mucho tiempo.
La tala clandestina es un problema que aumentó en magnitud y gravedad, y que amenaza a biodiversidad del área, pero también la vida de las comunidades que dependen de los bosques y de los servicios ecosistémicos que estos proporcionan.
Es inaceptable que las acciones de unos pocos pongan en jaque el bienestar ambiental y social de una región.
Es fundamental que los gobiernos federal y estatal, así como las autoridades ambientales, tomen medidas contundentes y coordinadas para erradicar dicha práctica ilegal.
La solución requiere un enfoque integral que incluya la protección de las áreas forestales, la educación sobre la importancia del ecosistema y un refuerzo de las sanciones legales para aquellos que eligen destruir nuestro patrimonio natural.
La falta de acciones efectivas desprotege el ecosistema, pero también envía un mensaje de impunidad a quienes están detrás de la devastadora actividad.
Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y actúen con firmeza contra la tala clandestina en la zona.
