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CDMX.- La desconfianza de los mexicanos hacia la efectividad del gobierno en su combate al crimen organizado ha adquirido mayor relevancia en los últimos días. La percepción generalizada es que, pese a los discursos oficiales y las operaciones mediáticas, la lucha real contra los cárteles y sus aliados políticos y empresariales dista mucho de ser una prioridad.
Esto se acentúa al observar que las acciones concretas parecen reducirse a la extradición de capos a Estados Unidos, mientras que políticos y empresarios vinculados al narcotráfico y al lavado de dinero operan con impunidad. La ciudadanía está cansada de esperar resultados tangibles en un contexto donde la violencia no cesa, y las desapariciones y asesinatos siguen siendo una realidad cotidiana.
Durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrado y ahora con su sucesora, Claudia Sheinbaum, la cifra de víctimas relacionadas con el crimen organizado ha superado el millón, lo que refleja un fracaso sistémico en la estrategia de seguridad.
En este contexto, es relevante recordar que la semana pasada, Donald Trump afirmó que recomendaría al Fiscal de Estados Unidos investigar a políticos mexicanos que se benefician del tráfico de fentanilo y de migrantes.
