Las imágenes son desgarradoras: calles convertidas en ríos, casas sumergidas bajo el agua y personas que luchan por sobrevivir en medio de una tragedia climática en Brasil. En Porto Alegre, la ciudad está bajo el agua desde hace casi dos semanas debido a las inundaciones que han afectado gran parte del municipio y sus habitantes.
Los cuerpos de salvamento han realizado heroicos rescates de personas con hipotermia que se negaban a abandonar sus hogares, a pesar de las adversidades. En barrios como Matias Velho en Canoas, la situación es crítica, con casas rodeadas e inundadas por el agua y personas que se resisten a salir por temor a saqueos.
La solidaridad y el trabajo en equipo son clave en esta situación. Médicos voluntarios como Beatriz Repieri de São Paulo han aumentado las atenciones médicas de urgencia, tratando a personas con hipotermia, deshidratación y otras lesiones causadas por la tragedia.
Las autoridades han habilitado 389 refugios temporales en todo el estado de Rio Grande do Sul, para albergar a las más de 77,200 personas que han perdido sus hogares y no tienen a dónde ir. La situación es grave, con 152 muertos, 104 desaparecidos y más de 615,000 desplazados en Rio Grande do Sul, un estado fronterizo con Argentina y Uruguay.
Esta tragedia climática nos recuerda la importancia de la solidaridad y la prevención ante eventos extremos. Nuestros pensamientos están con las personas afectadas y con los equipos de rescate que trabajan incansablemente para brindar ayuda en medio de esta crisis sin precedentes.