Alguien le debería decir a los hacedores de leyes y desconocen plenamente a las mismas que una gubernatura de dos años sería una aberración constitucional.
Dos años de gobernador es una pérdida de tiempo, lo he dicho.
Dos años de gobernador jamás traería beneficios reales a los veracruzanos.
Al contrario, con dos años de gobierno se detendría el desarrollo del estado, ante la imposibilidad de la recuperación económica jarocha.
Le explico. Con una gubernatura de dos años, habría elecciones subsecuentes año con año a partir del 2015.
2015 elección federal, 2016 gobernador, 2017 ayuntamientos y 2018 otra vez gobernador.
Con estas elecciones continúas habría más o menos un gasto de más de 4 mil millones de pesos.
¿Dónde está el argumento de ahorro de la federación?
No hay que hacerse bolas.
Un periodo de dos años es un absurdo legal, y si se pusieran de acuerdo las corrientes políticas para dejar a un mandatario por este tiempo, nos darían en la torre a Veracruz.
La ley es clara, y no tiene por qué generar tantos enigmas.
La normatividad electoral no obliga al estado a homologar todos sus procesos, sólo se requiere empatar a una elección.
La solución salomónica, una próxima legislatura local de dos años, ya pasó en 1998-2000 cuando en Veracruz hubo una legislatura de este ciclo.
No hay que descubrir el hilo negro.
No hace falta descomponer el escenario electoral.
¿Lo harán?, Ya veremos.
Dicen, Dicen, Dicen.
Como que le deberían de informar al Secretario de Desarrollo Social del Estado que en los Tuxtlas no es necesario practicar la política del kamikaze mandando a golpetear de manera mediática a quienes cree sus adversarios.
También lo he dicho, Jorge Carvallo seguramente logrará su ansiado sueño de ser candidato a diputado federal, y sería mejor que el de Lerdo de Tejada inicie una operación cicatriz y de inmediato se reconcilie con quienes infantilmente considera sus enemigos.
De lo contrario las otras opciones comenzaran a tener más fuerza. La política se construye con acuerdos, y el Secretario lo está haciendo con desacuerdos y desencuentros.
Esto ya es del dominio público en el estado, y en altiplano…
A sus órdenes.
@IvanKalderon
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