AGENCIA
Estados Unidos.- El recién electo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció que cumplir su promesa de campaña de reducir los precios de los alimentos será una tarea “muy difícil”. En una entrevista con Time, tras ser nombrado “Persona del Año”, Trump afirmó que los altos costos son una herencia de la administración Biden-Harris y subrayó los desafíos de revertir esta tendencia.
“Es difícil derribar los precios una vez que están en pie. Me gustaría hacerlo, pero ya sabes, es muy difícil”, declaró el mandatario, evitando calificar como fracaso su administración si no logra este objetivo.
Trump aseguró que su plan para bajar los precios se centrará en el impulso a la producción energética y la mejora de las cadenas de suministro, las cuales, según él, aún permanecen “rotas”. También enfatizó que medidas como la reducción de costos energéticos y el fortalecimiento logístico serán clave para enfrentar el problema.
El presidente electo ha utilizado los precios de los comestibles como un eje central en su discurso político. Durante su campaña, criticó duramente la gestión económica de Biden y señaló el encarecimiento de productos básicos como un símbolo de fracaso. En una entrevista con NBC, Trump afirmó haber ganado las elecciones “en la frontera y en el mercado de comestibles”, destacando que el aumento en el costo de productos como manzanas, tocino y huevos resonó con los votantes.
Una de las estrategias de Trump para reducir costos incluye aplicar nuevos aranceles a bienes importados, particularmente de China, México y Canadá. Sin embargo, esta medida ha generado preocupación entre expertos, quienes advierten que podría tener efectos contraproducentes. Economistas señalan que estos aranceles podrían encarecer aún más los alimentos, afectando directamente a los consumidores.
México y Canadá, principales socios comerciales de Estados Unidos en productos agrícolas, serían los más perjudicados por estas políticas, lo que podría desencadenar tensiones en la región y afectar las relaciones comerciales del T-MEC.
Mientras tanto, Trump confía en que su enfoque económico será suficiente para enfrentar los retos que dejó la administración anterior, aunque admite que los resultados no serán inmediatos.
