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Dolor y tristeza en el sepelio de Uriel

Superiberia

Chocamán.- Cerca de 500 personas acompañaron el cortejo del menor Uriel Lozano Castilla, de 9 años, quien fuera hallado muerto el pasado miércoles, a orillas de la carretera Coscomatepec-Huatusco, tras haber sido atropellado por el hermano de la Procuradora de la Defensa del Menor del DIF de Córdoba, quien lo levantó y se lo llevó con argumentos de trasladarlo al hospital, pero aparentemente lo dejó abandonado para evadir su responsabilidad.

 

Cerca de las 10:30 de la mañana, cientos de personas se congregaron en la parroquia de San Francisco de Asís, hasta donde fue llevado el féretro con el cuerpo del niño, mismo que fue colocado frente al altar, el padre Benito Olivares ofició la misa. Junto al ataúd, estaban los padres, hermanos, abuelos, tíos, primos y amigos del niño, quienes denotaban la tristeza en su rostro.

 

Durante la homilía, el párroco reconoció el dolor de los deudos por la pérdida del ser querido, y pidió a Dios su pronta resignación; explicó que Uriel es un ángel que ahora entrará en el cielo, y que el mandato de Dios es perdonar, evitando el rencor.

 

Tras el mensaje de aliento, el sacerdote pidió a los familiares colocarse en torno al cuerpo y le dio los santos óleos; luego, pidió un aplauso para el niño, quien así fue  despedido.

 

Cerca de las 12:00 horas, la multitud salió de la parroquia. Hombres, mujeres y niños con decenas de paraguas, para protegerse del sol.

 

Un grupo de hombres cargó el ataúd blanco, rodeados de niños y niñas vestidos de blanco, llevando flores  y globos del mismo color;  adelante, un menor con una cruz de madera de aproximadamente dos metros de altura guiaba el recorrido al sonar de las campanas.

 

El ataúd fue colocado en el centro del pasillo, para que los asistentes le rezaran y le cantaran al niño.

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