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Dolor y tristeza DE LUTO EN EL PUEBLO

Superiberia

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Coscomatepec.- Dos carrozas acompañadas de autoridades municipales y familiares de los seis albañiles fallecidos, arribaron en punto de las 11:00 horas al municipio de Chocamán; una caravana de 15 camionetas los esperaba para dirigirse a Xocotla en el municipio de Coscomatepec, donde cientos de habitantes los recibieron con flores.

Provenientes del Estado de Puebla, después de dos días de la tragedia, finalmente los restos de los seis albañiles originarios de la comunidad de Xocotla, perteneciente a Coscomatepec, pasaron a territorio veracruzano.

Dos carrozas blancas, con dos y tres ataúdes cada una, eran acompañadas por los familiares de los hombres fallecidos, así como el síndico del Ayuntamiento, Ernesto Martínez, quien se mantuvo en el lugar de los hechos.

Los reciben habitantes

15 camionetas del servicio mixto-rural de la localidad los esperaban en el municipio de Chocamán, quienes emprendieron una caravana detrás de las carrozas hasta llegar a su municipio.

Al paso por las comunidades de Chocamán, las campanas de las capillas repicaban el sonar, mientras que habitantes con sus rostros tristes salieron a las aceras y despedían a los finados.

A las 12:30 horas la caravana arribó a Xocotla, donde cientos de habitantes los esperaban en la entrada del pueblo, pétalos eran aventados a las carrozas y las lágrimas empañaron los rostros de los presentes.

La velocidad disminuyó, y caminando, los féretros fueron repartidos a donde en vida eran sus hogares.

La familia Hernández Evaristo fue la primera en recibir los cuerpos de Miguel Hernández (padre), el de sus hijos Alfredo y Antonio, donde en un pequeño cuarto fueron colocados los tres ataúdes; dos de color café y uno blanco, fueron velados por sus familiares y amistades.

“Mi pequeño, te me fuiste y ahora qué voy hacer sin ti, te voy a extrañar tanto mi niño”, exclamaba su madre junto al féretro de su hijo Alfredo de 17 años.

La peregrinación, custodiando las carrozas, se enfiló a unas cuadras donde acudieron a dejar a los hermanos Marcelino y Oliverio, quienes perdieron la vida tras el accidente.

Finalmente, el último cuerpo, el de Roberto Rosas González, quien era el conductor de la camioneta, fue entregado a sus familiares para ser velados y posteriormente en las próximas horas darles cristiana sepultura.

El pueblo lució unido ante las seis pérdidas de los hombres, la tristeza contagió a los visitantes que acudieron a dar el pésame a las familias.

Después de varias horas de angustia y espera, los familiares pudieron recibir y velar a sus seres queridos, en tanto dos hombres más aún se encuentran internados en el Hospital Betania en la Angelópolis de Puebla. 

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