Kiev.- Ucrania entró de lleno en una grave crisis institucional provocada primero por la salida de dos partidos de la coalición parlamentaria que sostenía el Gobierno, y por la dimisión, horas más tarde, del propio primer ministro del país, Arseni Yatseniuk.
“Anuncio mi dimisión debido a la ruptura de la coalición y el bloqueo de las iniciativas del Gobierno”, dijo Yatseniuk ante los diputados del Parlamento ucraniano instantes antes de acusar a sus ya ex socios de poner en riesgo la financiación del Estado y en particular, de la campaña militar en el este del país.
Justificó su decisión en el voto en contra de la Rada Suprema (Parlamento) a una reforma fiscal propuesta por su Ejecutivo que habría subido los impuestos a la población y al proyecto de ley que habría permitido vender a inversores extranjeros la mitad de todos los gasoductos ucranianos.
“No se han votado las leyes y no hay dinero para pagar a la policía, al médico, al maestro. No hay dinero para comprar un rifle, para poner combustible al blindado”, lamentó Yatseniuk en alusión a las necesidades del ejército ucraniano para costear la operación militar contra los separatistas pro rusos.
Su ministro de Finanzas, Alexandr Shlopak, advirtió al presentar la reforma fiscal en la Rada que a partir del próximo 1 de agosto Kiev “no tendrá cómo pagar a los militares que combaten” en las rebeldes regiones de Donetsk y Lugansk.
“Lo que pasó hoy (ayer) en la sala de sesiones tendrá unas consecuencias muy complejas y dramáticas, para el país”, aseveró el dimitido jefe del Gobierno.
El hasta ahora viceprimer ministro de Ucrania, Vladímir Groysman, fue nombrado hoy jefe del Ejecutivo tras la dimisión del cargo de Arseni Yatseniuk.
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