Cada 18 de junio se conmemora el Día Mundial contra la Incineración, una fecha destinada a sensibilizar sobre los impactos devastadores de esta práctica industrial. La incineración de residuos sólidos, industriales y hospitalarios a altas temperaturas no solo contribuye a la contaminación del aire, agua y suelo, sino que también representa una amenaza seria para la salud humana.
¿Por qué se celebra este día?
El objetivo principal es generar conciencia global sobre los peligros de la incineración. A través del Convenio de Estocolmo sobre Compuestos Orgánicos Persistentes (COPs), firmado en 2001, se busca eliminar la descarga de sustancias tóxicas persistentes que afectan el medio ambiente y la calidad de vida de las personas. Estos compuestos, como los productos químicos industriales y los bifenos policlorados, son altamente dañinos debido a su capacidad de bioacumulación y persistencia en el entorno.
Impactos ambientales y de salud
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los incineradores son responsables del 69% de las emisiones globales de dioxinas, así como de furanos y metales pesados. Estas sustancias pueden provocar cáncer, malformaciones congénitas y afectar el sistema inmunológico. Además, contribuyen significativamente a la formación de partículas finas (PM 2.5) que dañan los pulmones y causan enfermedades respiratorias.
Alternativas y soluciones
En respuesta a estos desafíos, grupos ambientalistas y expertos proponen adoptar tecnologías alternativas y más sostenibles. Estas alternativas buscan reducir o eliminar por completo la emisión de contaminantes durante el proceso de eliminación de residuos, promoviendo así un entorno más limpio y seguro para todos.
Este Día Mundial contra la Incineración nos recuerda la urgencia de adoptar prácticas responsables y respetuosas con el medio ambiente. Es crucial que gobiernos, empresas e individuos trabajen juntos para avanzar hacia un futuro donde la salud y la sostenibilidad sean prioridad.