Efraín Hernández
el buen tono
Córdoba.- Decenas de familias de las congregaciones de San Isidro Palotal, Cecadis, Santa Elena y las manzanas del Barreal, se reunieron en el camposanto de Guadalupe Barreal para recordar a sus fieles difuntos.
Entre los lánguidos susurros de las hojas y el nublado del cielo que amenazaba un torrencial, pero sólo hubo una suave brisa, los visitantes se afanaban en arreglar las tumbas, mientras otros se abrazaban y con el sentimiento salían las lágrimas, compartiendo recuerdos y celebrando a aquellos que se adelantaron en el camino.
Entre la mezcla de risas, lágrimas y el aroma de las ofrendas, se palpaba un sentido de unión y comunión que trascendía el tiempo, dejando una marca indeleble en todos los corazones.
La conmemoración en el panteón de Guadalupe Barreal fue un testimonio conmovedor de la profunda devoción y el arraigado sentido de las zonas rurales donde el misticismo perdura con el recuerdo de las almas de quienes ya no están entre nosotros.
En medio de las lápidas adornadas y los momentos compartidos, la esencia perdurable del amor y la esperanza prevalecían, recordándonos la eterna conexión que trasciende la frontera entre la vida y la muerte, tal como lo entienden los mexicanos.
in Córdoba