
Laura A. García
El Buen Tono
Amatlán.– Con fe, tradición y gratitud, la familia Guerrero de Jesús celebró ayer con júbilo y solemnidad a la Virgen de la Soledad (o de los Dolores), una devoción que ha sido parte de su vida por más de seis décadas. Gerardo y Laura Guerrero de Jesús, portavoces de esta tradición familiar, compartieron la historia de amor y compromiso que los une a esta advocación mariana, heredada de generación en generación.
Durante 60 años, su tía fue la mayordoma de la Virgen, encargándose de su cuidado y de organizar los festejos. Desde niños, Gerardo, Laura y sus hermanos fueron educados en la devoción a la Virgen, una enseñanza que hoy mantienen viva. “Aunque algunos de nuestros hermanos no están en Amatlán, nos apoyan para seguir con esta celebración”, expresó Gerardo con emoción.
