AGENCIA
CDMX.- La Fiscalía General de la República (FGR) cumplimentó orden de aprehensión en contra de Hugo Adolfo Karam Beltrán; las autoridades lo acusan por su presunta responsabilidad en el delito de tortura cometido contra la periodista Lydia Cacho, en diciembre de 2005, en represalia por haber dado a conocer una red de pederastia a través de su libro “Los demonios del Edén”.
La Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE), de la Fiscalía Especializada en materia de Derechos Humanos (FEMDH), obtuvo la orden de aprehensión al presentar pruebas suficientes para acreditar la presunta responsabilidad del detenido en el delito de tortura, quien, al momento de los hechos en 2005, se desempeñaba como titular de la Policía Judicial de la entonces Procuraduría General de Justicia del estado de Puebla.
Los hechos que se le imputan, corresponden a su probable participación en una estructura organizada de poder dentro del Ejecutivo del estado de Puebla, con la finalidad de afectar la dignidad personal de una periodista, derivado de la publicación de un libro de investigación periodística.
El detenido fue puesto a disposición del Juez Federal competente en Quintana Roo, para que determine su situación jurídica.
De acuerdo con las indagatorias, Karam Beltrán en su carácter de director general de la Policía Judicial en seguimiento a órdenes del entonces gobernador del estado de Puebla, Mario Marín Torres, coordinó el cumplimiento de una orden de aprehensión en contra de la periodista Lydia Cacho e instruyó a las personas a su mando que la torturaran y humillaran como medio para castigar la publicación del libro “Los Demonios del Edén”.
Además comisionó a policías de dicha entidad a la ciudad de Cancún, Quintana Roo, para realizar y ejecutar la captura, realizando el traslado vía terrestre cuando existía la posibilidad de aéreo; sin embargo, fue en dicho traslado donde la torturaron como se los instruyeron.
Durante el traslado de la periodista de Quintana Roo a Puebla, Karam Beltrán supervisó el cumplimiento de las instrucciones del entonces gobernador para tortura a la periodista.