AGENCIA
Alpatláhuac.- Mientras la administración de Leonel Sánchez Reyes presume logros cuestionables, la realidad es que el municipio enfrenta una crisis ambiental y de salud pública sin precedentes. Aguas negras se vierten directamente en la vía pública y en cuerpos de agua sin ningún tipo de tratamiento, generando contaminación y riesgos sanitarios para la población.
Uno de los casos más graves se encuentra en la comunidad de Acolco, donde recientemente se rehabilitó una carretera con un costo de más de 4 millones de pesos. Sin embargo, el alcantarillado fue desviado de manera irresponsable hacia terrenos aledaños, dejando un olor insoportable y una contaminación evidente. Esta obra, en lugar de mejorar la calidad de vida de los habitantes, ha empeorado las condiciones ambientales en la zona.
Este no es un hecho aislado. Fuentes confiables revelan que en diversas localidades del municipio, la descarga de drenaje a cielo abierto es una práctica común. En Ayahualulco, por ejemplo, los desechos van directamente a un arroyo que desemboca en la cascada de Cocalcingo, poniendo en riesgo este ecosistema natural. En Xicola y Calzacayo la situación es igual de preocupante, sin que exista un proyecto para canalizar las aguas negras ni planes para la construcción de plantas de tratamiento.
Indiferencia de la administración municipal
Lo más alarmante es la total indiferencia de las autoridades. En lugar de atender esta crisis ambiental, el alcalde Sánchez Reyes se enfoca en la inauguración de una alberca, sin aclarar de dónde se extraerá el agua ni qué medidas se tomarán para evitar la contaminación de ese espacio.
Esta no es la primera vez que la administración municipal ignora problemáticas urgentes. En meses anteriores, se señaló a las autoridades por permitir la quema indiscriminada de basura, una práctica que incluso ha sido realizada por funcionarios públicos, contribuyendo a la contaminación del aire y afectando la salud de los ciudadanos.
Promesas incumplidas y un legado de ocurrencias
A poco más de nueve meses de concluir su mandato, el autoproclamado “amigo del pueblo” deja más pendientes que avances. Proyectos clave como la tan prometida universidad, la maquiladora y la adquisición de un camión compactador de basura siguen siendo solo palabras vacías. Mientras tanto, la única realidad palpable para la población son los caprichos y ocurrencias del alcalde, que ha preferido desviar la atención en eventos y anuncios llamativos en lugar de resolver los problemas estructurales del municipio.
La crisis ambiental que enfrenta la región es una muestra clara del descuido y la falta de visión de la administración de Sánchez Reyes. Sin un plan de acción serio, la contaminación seguirá avanzando, afectando la calidad de vida de los habitantes y poniendo en riesgo los recursos naturales del municipio.
