De la Redacción
El Buen Tono
Región.- Las carreteras federales del estado están en condiciones deplorables, y esta situación no sólo causa daños significativos a los vehículos que transitan por ellas, también pone de manifiesto un grave problema de corrupción y mala gestión gubernamental. En el epicentro de este escándalo se encuentra el recién electo senador Manuel Huerta, cuya gestión como delegado de Programas Federales dejó un legado de desvío de recursos.
Las carreteras en la zona Centro como la de Fortín a Ixtaczoquitlán, Fortín a Huatusco, Córdoba a Cuitláhuac y el “trébol” de La Luz, están plagadas de baches profundos, pavimento desgastado y señalizaciones inexistentes.
Los conductores se enfrentan a un panorama peligroso y costoso, con accidentes frecuentes y reparaciones vehiculares constantes. La falta de mantenimiento y rehabilitación adecuada de estas vías representa un riesgo para la seguridad de los ciudadanos, y afecta negativamente la economía local y el bienestar general.
El estado de las carreteras repercute en la economía regional. Los costos operativos para los transportistas aumentan, lo que se traduce en precios más altos para los consumidores.
El turismo, un motor económico crucial para muchas comunidades, se ve gravemente afectado debido a las malas condiciones viales que desincentivan la visita a destinos turísticos.
Asimismo, las comunidades rurales, que dependen de estas carreteras para acceder a servicios básicos y mercados, son las más perjudicadas.
