Amatlán.- El padre Julián Andrés Verónica Fernández fue acompañado por personas de la cabecera municipal a Paraje Nuevo, donde lo recibieron los feligreses, pues fue nombrado párroco de la iglesia “Nuestra Señora de Dolores”.
Las personas le llevaron obsequios y con profunda tristeza lo despidieron en el templo de los Santos Reyes, acompañándolo a a su nuevo destino donde continuará trabajando para la obra de Dios.
Más de uno lloró el cambio de párroco, puesto que el guía y amigo cambió de recinto, pese a que es dentro del mismo municipio no les causa conformidad, porque habían trabajado juntos diversos temas desde hace varios años, como ha sido la ayuda a migrantes, lucha por el cuidado del medio ambiente y hoy no saben qué rumbo tomarán esos trabajos que les interesan.
Mutuamente se habían ganado la confianza, compartido 15 años de experiencias, sabían que ante un problema podían acudir al sacerdote, por lo que su cambio los conmocionó, dejando rodar las lágrimas por sus mejillas.
Los vecinos de Paraje Nuevo lo recibieron con entusiasmo y regalos. Luego de que el obispo, Eduardo Porfirio Patiño Leal, le entregó las llaves de la parroquia a Verónica Fernández, tras su nueva encomienda.
La parroquia no se dio abasto para albergar todas las visitas, pues hubo quienes debieron escuchar la Eucaristía afuera de la iglesia en bancas que estaban protegidas por una lona, para no sentir la intensidad de los rayos del Sol.
En este lugar se despidió el presbítero David Cristian Pizano, quien el 4 de junio será nombrado párroco de la iglesia de San Isidro Labrador en Matatenatito, Omealca, como parte de los cambios que dispuso el Obispo.