En el mundo del deporte, las mascotas tienen un lugar muy especial, y en el caso de los Clearwater Threshers, Layla, una white retriever de 13 años, se ganó el corazón de todos. Durante seis años, Layla trabajó incansablemente como perra recoge bates para este equipo de las ligas menores afiliado a los Philadelphia Phillies. El pasado 19 de julio, en una emotiva ceremonia, Layla recogió su último bate, marcando el final de su carrera y dejando una huella imborrable en el corazón de los aficionados.
Una Carrera Llena de Cariño y Trabajo Duro
Layla comenzó su carrera como recoge bates cuando su dueño, Andrew Davis, compartió un video en el que le enseñaba a llevarle latas de cerveza. Este video se viralizó y llegó a Dominic Repper, gerente de promociones de los Threshers, quien invitó a Layla a unirse al equipo. Desde ese momento, Layla se convirtió en una estrella en el diamante, realizando su trabajo con entusiasmo y ganándose la admiración de todos los asistentes.
El Último Juego y la Emotiva Ceremonia
El 19 de julio, durante el partido entre los Threshers y los Fort Myers Mighty Mussels, Layla hizo su última aparición en el campo. En los videos compartidos en redes sociales, se puede ver cómo entra al diamante mientras la afición celebra su llegada. Su acompañante le indica que recoja uno de los bates tirados en el suelo, y al tomarlo, la grada estalla en aplausos y gritos, sabiendo que esta sería la última vez que verían a Layla en acción.
Un Adiós Digno de una Campeona
El dueño de Layla, Andrew Davis, compartió en una entrevista con Fox 13 que, aunque nunca esperó tener un perro famoso, Layla se convirtió en una parte esencial del equipo. Sin embargo, con el tiempo, el cuerpo de Layla empezó a resentir los años de trabajo, y Davis se preocupó por su salud. En lugar de simplemente retirarla, Repper y los miembros del equipo decidieron darle una despedida inolvidable. Durante el juego del 19 de julio, organizaron una fiesta de jubilación con un pastel en forma de hueso, decorado como una pelota de béisbol, que decía “Feliz retiro, Layla”.
Un Legado de Amor y Dedicación
Aunque Layla quizás no entendía completamente el impacto de su trabajo, su dueño sabe que ella se lo merecía. “No estoy seguro de si ella realmente sabía lo que hizo, pero se lo merecía”, dijo Davis. La historia de Layla es un recordatorio de cómo los animales pueden generar empatía y conexión en cualquier entorno, incluso en el competitivo mundo del deporte. Su retiro marca el final de una era para los Clearwater Threshers, pero su legado de amor y dedicación perdurará en la memoria de todos los que tuvieron la suerte de verla en acción.
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