De la redacción
El Buen Tono
Orizaba, Ver. – La llegada de Gilberto Marín Sánchez como comandante de la Policía Vial en Orizaba ha generado inconformidad entre los elementos, quienes argumentan que están quitando a jefes prepotentes para colocar a personas corruptas.
Lamentan que estas decisiones se permitan desde la llegada de Erika Carranza Nasta, quien parece tolerar que agentes de Tránsito de Ciudad Mendoza, señalados por corrupción, lleguen a Orizaba y reciban premios, cuando debería combatirse ese delito al interior de la corporación.
Aseguran que Nahum Campos Méndez era un jefe prepotente y arbitrario. Al no someterse a las disposiciones de la titular de la Policía Vial, lo destituyeron de su cargo como Operativo. Sin embargo, en lugar de corregir la situación, designaron a una persona señalada por corrupción y extorsión, perpetuando así prácticas indeseadas en la corporación.