En este segundo aniversario de este diario, que hoy tiene la aceptación de la zona Centro de nuestro estado y que no solo a un servidor nos da la oportunidad de expresarnos de diferentes formas, tanto en declaraciones, como en columnas de opinión, siempre respetando el punto de vista de cada uno de los que aquí escribimos, donde existimos un número de columnistas locales, que expresamos el verdadero sentir de la zona, y comienzo con una anécdota de dos grandes de la historia, uno de la música, pero también del silencio, el gran Frank Sinatra, y Don Genco Russo, el Capo dei Capi. Comienza con una cita entre este famoso capo de la mafia siciliana y el cantante, cuenta la anécdota que con su debida demoraba hasta dos horas y media. En Palermo, Italia, en el hotel Sole, lo esperaba Frank Sinatra en ese medio día de 1963, el ídolo de Hollywood rindió pleitesía al monarca de Sicilia, cuentan que Sinatra se arrodilló ante Don Genco y le besó la mano derecha. En el mundo entero Sinatra era la voz, pero en la tierra de sus antepasados, más importante que la voz era el silencio. El ajo, símbolo del silencio, es uno de los cuatro alimentos sagrados en la misa de la mesa mafiosa: los otros son el pan, símbolo de la unión, la sal, emblema del coraje, y el vino que es la sangre. El silencio es cómplice, es aceptación, es sumisión, lo que se ha logrado en estos dos años de salir al público, día con día, contra todas las adversidades que todos conocemos, como el incendio de las instalaciones, renuncia masiva de reporteros, de la amenazas, injurias, calumnias, del sufrir sus reporteros el rechazo de funcionarios de todos lo niveles para obtener entrevistas, de poco o nulo reconocimientos que tienen estos trabajadores de la información, fotógrafos -cuantas veces agredidos-, despojados de sus cámaras, es una labor difícil de llevar a cabo con tantos enemigos, adentro y afuera cuando se tienen que sobrevivir con lo más básico, debido al corto presupuesto con el que se realiza este periódico. Hoy se ha metido en el gusto de la opinión pública, donde hay sabor, picardia y gracia, esas son las notas de este periódico, y lo que más me gusta es que niegan que lo leen, y sabemos que es el primero que corren a comprar, para ver qué se dice y qué realmente sucedió.
Se han librado luchas públicas por el derecho de informar oportunamente y por los bienes municipales siempre levantando la voz, siempre poniendo la polémica en torno a la nota donde se ha logrado avanzar a pasos agigantados, se han y se siguen denunciado los casos, que en otros lados no se dicen. Hoy todos los movimientos sociales que en estos dos años han salido se abanderan aquí desde el #YoSoy132 hasta el magisterial, todos se han expresado libremente, donde el mismo sector empresarial poco a poco ha reconocido su valía como medio de información. Así lo veo yo desde las gradas ¿Y usted?