POR: luis cambuston / COLUMNISTA
Me platica mi exjefe, quien a pesar de ser Conservador, de los que ven la ultraderechista cadena de televisión Fox News, que su madre le habló emocionada, gritando de felicidad cuando supo la noticia del triunfo de Trump. Recuerdo que hace ocho años, cuando Barack Obama ganó la Presidencia por primera vez, le habló llorando, muy preocupada… ¡Habían elegido a un socialista musulmán!
Yo me imagino que una parte del miedo de la señora, aunque nunca lo llegue a confesar, viene del color de la piel del Presidente. Vaya usted a saber, al final no se trata de andar por ahí acusando a todo mundo de racista.
Vamos a pensar que, efectivamente, el problema que la anciana tiene con Barack Obama es que es un socialista y ella creció oyendo que el socialismo es lo peor que puede pasar. Si ese es el caso y se trata de miedo al socialismo y no de racismo, uno entendería… entendería que el sistema educativo estadounidense deja mucho, mucho que desear. Y es que la pobre vieja vive en un paraíso socialista sin saberlo.
La señora, que debe andar por los ochenta años, vive del “Social Security’’ que es una pensión que recibe del Estado. La Ley original de la Seguridad Social fue firmada por el presidente Franklin Roosevelt, en 1935, y abarca varios programas del bienestar social y del Seguro Social. Social, social, social… ¡Socialismo!
Para sus necesidades de servicio médico, la madre de mi exjefe disfruta lo que se conoce como Medi-Medi, que es una combinación de Medicare y Medi-Cal. El servicio de Medicare es un programa Federal que data de 1966 y proporciona servicios médicos a personas mayores de 65 años. Medicare no cubre el 100 por ciento del costo, ya que tiene deducibles, en el caso de personas de bajos ingresos, como la madre de mi exjefe, hay un programa del Estado de California, Medi-Cal que cubre el resto. Ya quisiéramos muchos que pagamos por Seguro Médico, recibir los beneficios de Medi-Medi que en conjunto cubren el total de los gastos médicos de la señora. ¡Socialismo!
La ciudad de Brea subsidia tres complejos de apartamentos para personas mayores. La señora vive en uno de esos complejos donde paga una renta mínima. La ciudad paga a alguien para ayudar a la anciana con la limpieza y para llevarla de compras al supermercado, el Estado obliga a la compañía de Luz y a la de cable a ofrecer tarifas muy bajas por su servicio a personas de la tercera edad. Socialismo, socialismo, socialismo.
Hace poco, la pobre señora se cayó y no podía levantarse, marcó 911 e inmediatamente un carro de Bomberos socialistas fue despachado para ayudarla. Hay que aclarar que el sueldo de los Bomberos socialistas lo pagamos entre todos con nuestros impuestos, estos Bomberos socialistas manejaron sobre un camino socialista pavimentado con el mismo dinero, el dinero de todos.
Donald Trump es una amenaza para los programas sociales, ha repetido una y otra vez que reducirá los impuestos de las grandes corporaciones, lo cual dejará las arcas del Gobierno sin recursos que destinar para servir a la madre de mi exjefe.
Los recortes, producto de la reducción de impuestos, afectarán los presupuestos de las universidades, lo que es trágico porque la elección de un demagogo como Trump es muestra de que hoy, más que nunca, se necesita invertir en la educación del pueblo estadounidense.
