AGENCIA
Amazonas.- Durante mucho tiempo, la anaconda verde ha sido considerada uno de los animales más formidables y misteriosos del Amazonas. Sin embargo, una nueva investigación ha trastocado la comprensión científica de esta magnífica criatura, revelando que en realidad se trata de dos especies genéticamente diferentes. Este sorprendente hallazgo abre un nuevo capítulo en la conservación de este importante depredador de la jungla.
Las anacondas verdes son conocidas como las serpientes más pesadas del mundo y una de las más largas. Se encuentran principalmente en ríos y humedales de América del Sur y son famosas por su velocidad vertiginosa y su capacidad para asfixiar presas enormes y luego tragárselas enteras.
Un grupo de especialistas quedó impactado al descubrir importantes diferencias genéticas entre las dos especies de anaconda. Dado que este reptil es un vertebrado tan grande, resulta notable que esta diferencia haya pasado desapercibida hasta ahora.
Este sorprendente hallazgo requiere una reevaluación de las estrategias de conservación de las anacondas verdes para ayudar a cada especie única a enfrentar amenazas como el cambio climático, la degradación del hábitat y la contaminación. Además, subraya la urgente necesidad de comprender mejor la diversidad de especies animales y vegetales de la Tierra antes de que sea demasiado tarde.
Históricamente, se han reconocido cuatro especies de anaconda, incluidas las anacondas verdes, también conocidas como anacondas gigantes. Estas serpientes son verdaderos gigantes del mundo de los reptiles, con las hembras más grandes que pueden medir más de siete metros de largo y pesar más de 250 kilogramos.
Las anacondas verdes, bien adaptadas a una vida principalmente acuática, son vitales para mantener el equilibrio en sus ecosistemas. Su sola presencia altera el comportamiento de una amplia gama de otras especies, influyendo en dónde y cómo se alimentan, se reproducen y migran.
Sin embargo, estas serpientes son muy sensibles al cambio ambiental, y su disminución puede ser un presagio de problemas ambientales más amplios. Por ello, es crucial comprender qué especies de anaconda existen y monitorear su número.
Hasta la fecha, ha habido poca investigación sobre las diferencias genéticas entre las especies de anaconda. La reciente investigación, que duró casi 20 años, tuvo como objetivo cerrar esa brecha de conocimiento.
El proyecto recopiló datos y muestras de anacondas de varios lugares a lo largo de América del Sur, revelando dos especies distintas: la anaconda verde del sur (Eunectes murinus), y la recientemente identificada anaconda verde del norte (Eunectes akayima).
A pesar de las apariencias casi idénticas, la divergencia genética entre estas especies es asombrosa. Este descubrimiento tiene implicaciones importantes para la conservación de ambas especies, lo que requerirá estrategias adaptadas para enfrentar amenazas específicas.
La investigación es un recordatorio de las complejidades involucradas en la conservación de la biodiversidad y destaca la importancia de incorporar la taxonomía genética en la planificación de la conservación para preservar mejor la intrincada red de vida de la Tierra.
