El descubrimiento de un mural de unos 3 mil 200 años de antigüedad, rescatado a último momento de su destrucción total en medio de un campo de cultivo, ha puesto nuevamente en evidencia el deslumbrante desarrollo y la compleja cosmovisión que tenía el mundo prehispánico en la costa norte de Perú.
Esta “joya arquitectónica muy antigua” fue encontrada casi de manera fortuita por el arqueólogo Régulo Franco, quien acudió ante la alerta de que se estaba destruyendo un montículo arqueológico en una zona de cultivos en el valle de Virú, en la región norteña de La Libertad, a unos 510 kilómetros de Lima.
“Recibí una llamada el 11 de noviembre del año pasado, de un amigo, quien me informó que habían destruido una huaca (templo prehispánico), dentro de un gran montículo, y que habían dejado expuestas una hermosas pinturas murales”, relató Franco a Efe sobre este gran descubrimiento.