En un hallazgo fascinante, arqueólogos han descubierto una casa inusualmente pequeña pero ricamente decorada en la antigua ciudad romana de Pompeya, que ofrece nuevas perspectivas sobre la arquitectura del siglo I d.C. La vivienda, conocida como la Casa de Fedra, lleva el nombre de la reina mitológica de Atenas, que aparece representada en uno de los frescos bien conservados que adornan sus paredes.
El parque arqueológico de Pompeya anunció el descubrimiento el pasado 24 de octubre, destacando que, a diferencia de muchas casas de la época, la Casa de Fedra no está construida alrededor del tradicional atrio romano. Este diseño, que incluía un espacio abierto con una pileta para recoger agua de lluvia, era común en las viviendas romanas. Sin embargo, la pequeña casa ha sorprendido a los investigadores por la calidad y el nivel de sus decoraciones, comparables a las de una residencia mucho más grande y opulenta, situada justo al lado.
El descubrimiento no solo resalta la diversidad arquitectónica de Pompeya, sino que también proporciona una ventana a la vida y las costumbres de sus antiguos habitantes. La ciudad, ubicada cerca de Nápoles, fue sepultada por las cenizas volcánicas durante la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., un evento catastrófico que mató a miles de personas y preservó la ciudad bajo una gruesa capa de ceniza. Este contexto ha permitido la conservación de muchos de sus edificios y artefactos, ofreciendo a los arqueólogos valiosas pistas sobre la vida cotidiana en la antigua Roma.
La Casa de Fedra representa no solo un logro en la investigación arqueológica, sino también un recordatorio del esplendor perdido de Pompeya y su relevancia continua en la historia de la civilización. Los frescos, que narran escenas mitológicas, continúan capturando la imaginación y brindando un vistazo a las creencias y aspiraciones de sus antiguos residentes. Sin duda, este hallazgo enriquecerá nuestra comprensión de la vida en Pompeya y la influencia de su cultura en el mundo romano.