AGENCIA
Nacional.- En un impresionante avance científico, biólogos mexicanos han identificado a Taam Ja’, un gigantesco agujero azul submarino ubicado en la bahía de Chetumal, en la península de Yucatán. Con una profundidad máxima de 274.4 metros, equivalente a la altura de algunos de los rascacielos más altos de México como la Torre Mayor en Ciudad de México, este sumidero se ha convertido en el segundo más profundo del mundo, después del ubicado en China, que alcanza los 300 metros.
Según los expertos y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), estos sumideros submarinos datan de los últimos años de la Edad de Hielo, un periodo que abarcó desde hace aproximadamente 110 mil años hasta hace 10 mil años. Durante este tiempo, las condiciones geológicas dieron lugar a estas formaciones únicas que ahora albergan una diversidad significativa de vida marina y vegetal.
El hallazgo de Taam Ja’ fue posible gracias a pescadores locales, quienes mencionaron la existencia de un “cenote marino” en la zona. En 2021, investigadores del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) comenzaron a mapear la topografía y a recolectar muestras del sumidero, revelando finalmente su existencia y características en un estudio reciente.
Los análisis determinaron que el agujero tiene una forma casi circular, con pendientes de hasta 80 grados que le otorgan una apariencia cónica. Para evaluar su composición, los científicos emplearon tecnología avanzada basada en pulsos de sonido reflejados, permitiéndoles comprender la estructura de sus superficies superiores.
A pesar de su belleza y singularidad, la exploración del agujero azul ha sido peligrosa. La falta de conocimiento previo sobre su accesibilidad y composición ha resultado en accidentes fatales, especialmente para buzos locales que intentaron adentrarse en este misterioso ecosistema.
El descubrimiento de Taam Ja’ no solo amplía el conocimiento sobre estos fenómenos naturales, sino que también posiciona a México como un lugar clave para la investigación marina. Además, representa un potencial atractivo turístico, siempre y cuando su manejo sea responsable y sostenible para preservar su riqueza biológica.
Este impresionante hallazgo subraya la importancia de la colaboración entre las comunidades locales y los científicos, demostrando que el mar todavía guarda secretos que esperan ser desvelados.
