La falta de confianza en el agua del grifo, e incluso embotellada, en México ha llevado especialmente a las clases sociales menos favorecidas a consumir de forma masiva bebidas gaseosas y azucaradas, con nefastas consecuencias para la salud de los ciudadanos mientras empresas productoras de ese tipo de bebidas obtienen grandes ganancias.
Así lo advierte la antropóloga de la Universidad de Michigan, e investigadora sobre salud y desigualdad en México Elizabeth Roberts en un artículo publicado hoy en Firmas de EFE, en el que llama la atención por lo que considera un gran problema social, que ha creado incluso adición entre la población.