Agencias
México.- En el transcurso del actual sexenio, cada 16 días, en promedio, desaparece o muere un niño migrante en México, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Desde 2019, se han registrado 110 casos de menores de edad que han perdido la vida o se desconoce su paradero mientras atraviesan el país en busca de un destino internacional. Esta cifra ha aumentado un 43% en comparación con los primeros años de la administración actual. Los niños migrantes enfrentan no solo los peligros asociados con la migración, sino también situaciones que pueden tener un impacto negativo en su desarrollo.
La situación afecta especialmente a los menores que viajan sin compañía, incrementando el riesgo de caer en manos de criminales que controlan las rutas migratorias. Los expertos advierten sobre el estrés traumático que experimentan estos niños, lo que puede generar secuelas a largo plazo, incluyendo problemas de ansiedad y depresión. Además, la migración ha dejado de ser un fenómeno exclusivo de adultos, y ahora se observa un aumento en la presencia de menores en las rutas migratorias, con éxodos familiares y adolescentes embarazadas, lo que añade complejidad a la situación.
