Xalapa.- Después de años aciagos y tiempos críticos por el aumento de la violencia en varias partes del Estado de Veracruz, hemos visto cómo las autoridades correspondientes vienen enfrentando este problema que ha cambiado radicalmente la vida de un pueblo que en su esencia y por tradición ha sido fraterno, pacífico, alegre y hospitalario.
Aún cuando las cifras oficiales de secuestros, extorsiones y desapariciones hayan disminuido, se trata de un problema que sigue generando sobresaltos, preocupación e indignación en las comunidades, pueblos y familias que han sido directamente afectados por estas irrupciones de la violencia.
Además, no podemos soslayar las secuelas y el desaliento que los actos de violencia han dejado en tantas familias y comunidades, por lo que es necesario seguir brindando el acompañamiento psicológico y espiritual a todos estos hermanos.
Junto a este panorama desolador que se ha venido enfrentando con determinación, ahora se suma el alarmante aumento de robos que es una expresión más de este ambiente de inseguridad. Hoy nos vemos en la necesidad de hacer un llamado a las autoridades para fortalecer los sistemas de vigilancia ante los robos de campanas que ya se generalizaron en muchas capillas ubicadas en la zona Centro del estado de Veracruz, incluida la capital del estado.
Sacerdotes, fieles y encargados de capillas han venido reportando con indignación e impotencia el robo de campanas, que ha sucedido no solo por las noches sino incluso a plena luz del día. También se han presentado incidentes de robos en las inmediaciones de las Iglesias, mientras los fieles participan de las diversas celebraciones litúrgicas.
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