Por: Enrique Aranda / columnista
Igual al interior del Revolucionario Institucional que de Acción Nacional o del de la Revolución Democrática, nada parece más urgente que “socializar” las causas de la debacle del pasado 1 de julio y dar pasos firmes hacia una reestructura-refundación
Lejos aún la culminación —“cuando no el inicio en serio en alguno de los casos…”— de los procesos de reflexión y propuesta de cambio emprendidos por las tres principales fuerzas políticas, tras los desastrosos resultados obtenidos en los pasados comicios, nada parece más claro que, como auguraron prácticamente todos los analistas desde el inicio, antes aun de las campañas, el sistema nacional de partidos debe sufrir un cambio radical, una auténtica metamorfosis, para posibilitar una nueva forma de hacer política…
En los últimos días, efectivamente, igual al interior del Revolucionario Institucional que de Acción Nacional o del de la Revolución Democrática, nada parece más urgente que “socializar” las causas de la debacle del pasado 1 de julio y, más, dar pasos firmes hacia una eventual reestructura-refundación de todos y cada uno de ellos, buscando “volver a identificar y andar primero a la senda perdida” y, ya luego, prepararse para retornar a la lucha contra el nuevo y hegemónico poder nacional.
La ruta a seguir por unos y otros ni es la misma ni se asemeja siquiera a la de sus contrapartes, es verdad.
Todos, sin embargo, pugnan por volver a sus respectivos orígenes y retomar el paso perdido: el priismo de Claudia Ruiz Massieu, a dejar atrás ineficiencias y corrupción (mayúscula) en el ejercicio del poder que, hoy, les tienen al borde de extinción y, a su vez, a reconstruir el entramado (de la maquinaria) que la ambición y soberbia de sus dirigentes socavó; el panismo de Ricardo Anaya y su alfil Damián Zepeda, a abandonar prácticas antidemocráticas y el pragmatismo ramplón que, amén de una profundísima división-confrontación de sus liderazgos, les llevó a anteponer intereses personales y/o de grupo al interés partidista y, claro, a abandonar sus principios y valores más entrañables y, finalmente, el perredismo —“de nadie, si somos sinceros…”- que, perdón, no acaba de identificar siquiera las causas que le llevaron al estado de postración en que se encuentra ni, menos, de definir la manera de frenar la intermitente fuga de militantes en aras de un nuevo destino, presumiblemente de izquierda…
Hablamos, pues, del inicio, en el mejor de los casos, de procesos de análisis que deberán prolongarse por semanas, meses incluso, y que, en un momento determinado, permitirán identificar con claridad la profundidad y alcance del daño sufrido por PRI, PAN y/o PRD en los últimos años y a descubrir también, en consecuencia, el alcance de la transformación que será menester impulsar en cada uno de ellos, si fuera el caso, y a nivel social, para garantizar la vigencia y consolidación de nuestra democracia.
El proceso no parece ni fácil ni, perdón, esperanzador en principio…
Asteriscos
* Por ridículo que parezca, el cuestionado no perredista Miguel Ángel Mancera, quien llegará al Senado propuesto por Acción Nacional como segundo de su lista plurinominal —contrariando con ello su propio Estatuto y la Constitución-, habría sido electo coordinador de la bancada del sol azteca en la próxima Legislatura. Mancera, vale recordar, tampoco es panista…
* En el marco del tercero de los foros de consulta propacificación, promovidos por el Presidente electo con miras a definir alternativas para enfrentar la peor crisis de inseguridad en la historia reciente, el mandamás de la Fundación Scholas, Héctor Sulaimán Salinas, ofreció aportar la experiencia de la organización papal para atajar de fondo el problema de la violencia.
* El martes, por cierto, sobre la autopista México-Tuxpan, a la altura de la población del Tejocotal, la diputada federal electa por Veracruz, de extracción perredista, Norma Azucena Rodríguez Zamora, fue “levantada” por dos hombres que, tras disparar en contra de la camioneta en que viajaba junto con su chofer, al que hirieron, huyeron llevándosela con rumbo desconocido.
Twitter: @EnriqueArandaP
