WASHINGTON.– Luego de cinco años de negociaciones, Estados Unidos y 11 naciones más de América, Asía y Oceanía, que en conjunto representan el 40 por ciento del Producto Interno Bruto mundial, concretaron el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés).
El acuerdo comercial concretado en Atlanta, Georgia, establecerá el área de intercambio comercial más grande del mundo y es el segundo acuerdo de libre comercio al que se integra Estados Unidos desde que se negoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Telecan).
Bajo las reglas del nuevo compromiso, las naciones que lo integran se comprometen a bajar aún más sus aranceles, unir las reglas de especificación técnica de los productos para facilitar las exportaciones e importaciones, y mejorar las regulaciones para combatir el proteccionismo.
Tras congratularse por concretar el acuerdo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, destacó que el TPP creara más empleos en su país.
“Cuando más del 95 por ciento de nuestros clientes potenciales se encuentran fuera de nuestras fronteras, no podemos dejar que países como China escriban las reglas de la economía global”, dijo Obama a través de una declaración por escrito que divulgó la Casa Blanca.
Estados Unidos, abundó, debe “escribir la reglas de la economía mundial, abrir nuevos mercados a nuestros productos al mismo tiempo que definimos estándares más altos para proteger a los trabajadores y al medio ambiente”.
El mandatario estadounidense aseguró que durante toda su presidencia ha luchado por mejorar la situación económica de su país, por la creación de empleos y fortalecer la competencia económica global bajo reglas justas como las que definirán al TPP.
El compromiso comercial que asocia a las economías de Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, fue considerado por Obama como “un resultado bipartidario” gracias al respaldo que ofreció el Congreso federal de su país para sacarlo adelante.
Al presidente Obama le corresponde ahora cabildear en el Congreso para que los legisladores ratifiquen el TPP, el cual se negoció durante cinco años.
En el Capitolio de Washington existe una oposición férrea al TPP por parte de legisladores demócratas y republicanos, que podrían hacer difícil la tarea de ratificación a la Casa Blanca.
La oposición al TPP en el Capitolio sostiene que acuerdos comerciales como el TLCAN, sólo provocan pérdida de empleos en Estados Unidos. Con ellos coinciden los sindicatos laborales estadunidenses quienes encabezan el cabildeo para derrocar al compromiso logrado en Atlanta.
El presidente aclaró que “tienen varios meses” para leer los detalles del TPP, por lo que indicó que “no los firmará” para su entrada en vigor hasta que el Congreso y el poder ejecutivo tengan la seguridad de que beneficia a Estados Unidos y a sus trabajadores.
“Estoy listo para trabajar con los legisladores de los dos partidos mientras analizan este acuerdo”, concluyó el presidente Obama.