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De refrescos, gordos y recaudación

Superiberia

Es una pena ver que lo iniciado como una reforma hacendaria integral, con una búsqueda de progresividad fiscal, se haya convertido en una miscelánea anual que pone a temblar a varias industrias por ocurrencias de último momento. Cuidado: no hay políticas ni estudios. Más bien los legisladores tienen urgencia para ver de dónde cuadran los gastos que quieren.

Miscelánea, gravar a

quien le vaya bien

Es la clásica fórmula de la miscelánea fiscal de años pasados: le cargas la mano a la industria que en ese momento venda bien o vaya en crecimiento. Ya vimos intentos pasados de cargar impuestos igual a celulares como a las botellas de agua natural.

La de refrescos era diferente

Sin embargo, en esta propuesta fiscal parecía que el caso del refresco iba a ser distinto. Cuando la iniciativa de reforma fiscal fue presentada por Luis Videgaray, secretario de Hacienda, se puso sobre la mesa un argumento válido para gravar los refrescos: la epidemia de obesidad y diabetes en México, convertida en problema de salud pública.

La propuesta de gravar con un peso a los refrescos es similar a otras de países con problemas de obesidad, donde se eleva el precio a bebidas azucaradas.

Atar el peso por litro

a gasto útil

Pero es una medida que debe ir acompañada de una política de prevención de obesidad y diabetes, de educación alimenticia, de presupuestos para atar los nuevos impuestos a aspectos concretos, como instalar bebedores de agua potable en las escuelas.

Se debe atar el cobro de un peso por litro de bebidas azucaradas a un gasto útil para mejorar la salud.

Sólo que en los últimos días estamos viviendo una desesperación de los diputados por imponer impuestos sin ton ni son.

Refresqueras: será regresivo

De ahí el enojo de la principal refresquera del país, Coca-Cola, presidida por Francisco Crespo, e incluso el presidente mundial de la marca, Muhtar Kent, pasando por el presidente de la Cámara de la Industria Azucarera y Alcoholera, Juan Cortina, consideran que la medida es regresiva, pues afecta a la población de menores ingresos, sobre todo temen que sea de impacto mayor.

Incluso Coca-Cola insiste en que en otros países han terminado eliminando ese gravamen.

¿Recaudatorio o parte de política de salud?

A los refrescos ya les proponen cargar dos o más pesos por litro. Lo que haga falta para recaudar más.

Insistimos: el impuesto de un peso por litro al refresco es correcto, debe imponerse en un país que se disputa el primer lugar de obesidad mundial y donde es parte de la alimentación diaria del mexicano. Pero no debe ser una medida simplemente recaudatoria (va a recaudar 12 mil millones de pesos para 2014). Más bien el peso por litro de refresco debe ser parte de una política de prevención a la obesidad y a la diabetes. Debe pertenecer a una política integral de salud que no existe, más que a una lógica fiscal.

Canaero: cuestiona IEPS en turbosina

La Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), que engloba a todas las aerolíneas, está más que preocupada por la reforma fiscal. Le va a afectar en dos medidas: una, el nuevo IEPS sobre la turbosina, y dos, cobrando a fuerza los derechos de servicios migratorios, ya que van a tener que enterar dichos derechos.

La Canaero, presidida por Andrés Conesa, señala que la turbosina no tenía ningún subsidio, a diferencia de otros combustibles.

La propuesta fiscal es cobrar un IEPS de 18.71 pesos por litro.

La Canaero argumenta que a diferencia de otros sectores, ellos sí hacen una política para combatir sus emisiones contaminantes de CO2 con la Organización de Aviación Civil.

Ahí es donde Aeroméxico, Interjet y Volaris argumentan que sí están cambiando sus flotas por equipos modernos y menos contaminantes.

Llegan al análisis de que la turbosina sí les impactará hasta en 29% su utilidad neta.

Según las negociaciones con el Congreso se antoja complicado cambiar el IEPS por las necesidades fiscales, aunque lo que la Canaero también quiere es que se le tomen en cuenta sus esfuerzos por renovar flota y recordar que la turbosina no recibía subsidios.

Slim no da gusto a

 accionistas de KPN

Carlos Slim prefirió desistirse de aumentar una oferta por KPN, y así evitar una compra cara.

Cuando adquirió 29.7% de las acciones de la compañía holandesa KPN, decidió lanzar una oferta por 100% de la empresa.

Sin embargo, los tenedores de 50% de la compañía, que son accionistas minoritarios reunidos en “la Fundación”, querían un precio mayor a los 2.40 euros por acción ofrecidos por el empresario mexicano.

Slim, a través de América Móvil, prefirió desistir de la oferta, que ya de por sí era alta, de siete mil 100 millones de euros.

Es claro que el empresario mexicano no compra caro. Si de algo tiene conocimiento es de cuánto valen las empresas, las compra a precios razonables y busca generarles valor.

El mercado premió el desistimiento. Slim se mantiene con 29.7% de KPN y 23% de Telekom Austria. Ahora, veremos al grupo mexicano dirigir sus baterías hacia otras opciones. Se menciona desde Telecom Italia hasta TIM Brasil.

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Reforma política y vieja tecnología de punta

Sr. Presidente de la Conago