Gandhi decía que en los países bien gobernados, la pobreza avergüenza. Y en los mal gobernados, es la riqueza la que avergüenza.
Ay, tanta razón…
Aperitivo: los haberes de los jueces y funcionarios
Vaya escándalo se armó con lo de la megapensión de los magistrados del Tribunal Electoral.
Por supuesto que sobran razones para ello.
En primer lugar por el área de la justicia de la que se trata, es decir, lo electoral.
En este rubro, el sospechosísimo se encuentra en todos los rincones y la suspicacia es ave que permanentemente vuela en sus cielos.
Es entendible que provoque revuelo, pues podría ser malinterpretado como un intercambio de favores, altamente delicado cuando se habla de cuestiones de carácter electoral.
Seguidamente las cantidades que se manejan en estos rubros del Estado, aunado al concepto inicial de “vitalicio”, en un país como México, en donde la pobreza lastima a lo largo y ancho del territorio, una iniciativa de esta catadura provoca la furia del más sensato.
Una vez que los magistrados detectaron la delicadeza de los mensajes cruzados, decidieron renunciar a ello para salvaguardar, antes que nada, el prestigio y credibilidad de semejante institución. Lo aplaudo.
No obstante, me llama a la reflexión la siguiente cuestión: nuestros funcionarios ¿deben ganar mucho?, ¿es justo?, ¿ganan lo que se merecen? Lo que ganan ¿es justificado?
Personalmente soy de la idea de que para que un país avance como queremos, sus funcionarios deben ganar bien.
En Estados como Singapur, que se convirtió en una potencia económica mundial en sólo 30 años, aplicaron esta filosofía: el país requiere de los mejores hombres y mujeres.
Por lo tanto, el rango de emolumentos en la función pública debe estar arriba de la privada para que, justamente, el país cuente con los mejores.
De entrada, me parece lógica la idea. ¿Por qué en Singapur ha funcionado y en México parece que no?
Creo que es una cuestión de enfoque. En realidad, tendría que funcionar en México también.
Sin embargo, la realidad de la clase política mexicana y de la población que lo permitimos es que, a pesar de que ganen bien, no están en los cargos los más aptos, los mejores. Están en los cargos los más cuates, los más amigos, los más cercanos. Y ahí es donde la puerca tuerce el rabo. Ahora, tomemos el ejemplo de los jueces. Aquí y en todo el mundo desarrollado, los jueces ganan muy bien por la sencilla razón de que la responsabilidad que cargan es muy alta, y que se tiene que abatir en lo posible la probabilidad de que se corrompan.
Un alto juzgador tiene que tener la vida resuelta económicamente para que los corruptores (que abundan) no puedan torcerles el brazo, vía jugando perversamente con sus necesidades. He ahí el porqué.
Conclusión: paguemos bien, cuidemos a nuestros jueces y exijamos a los mejores.
¿De qué lado ponemos a la vergüenza?
Piatto forte : Tamaulipas, el dato fuerte
Sólo los resultados dirán si la estrategia de seguridad del gobierno es o no la adecuada en el estado de Tamaulipas.
Lo que sí pongo sobre la mesa es un dato poco comentado en medios, pero que es fundamental para entender el fenómeno de la inseguridad en aquel estratégico estado de la República: un aproximado de 125 mil repatriados entran por Tamaulipas todos los años. Más que cualquier otro estado fronterizo.
¿Por qué razón sucede eso? Porque las autoridades de EU, en esta frenética política de deportar masivamente, no están interesados en regresarlos a sus lugares de origen ni mucho menos. Simplemente los dejan en el puente internacional, del lado mexicano y chao.
Y han escogido que ese punto en Tamaulipas, sea Matamoros, Reynosa o Nuevo Laredo.
¿Y qué hacen esos repatriados que los gringos devuelven a México? ¿Ustedes creen que se regresan a Zacatecas, Michoacán, Oaxaca, o Puebla? ¡Para nada!
Se quedan en Tamaulipas buscando la manera de regresar a EU. ¿Y qué creen ustedes que hacen para sobrevivir? Pues entre otras cosas, servir al crimen organizado.
Que se sepa, no parece haber una estrategia específica para eso y si la hay, no la han comunicado. Y si no la hay ¿qué esperan para implementarla?
Dolce: una lana
El dueño de Oceanografía sale libre bajo fianza, a pesar del multimillonario presunto megafraude. ¿No les parece que la justicia en México está diseñada pa ricos?
¿De que lado ponemos a la vergüenza?
Granos de café con chocolate. Pal coraje, ¿no?
Twitter: @CiroDi